Un inspector de Patrimonio del Consell visitó ayer el camino real de Puigpunyent para comprobar si las obras de una línea eléctrica que se realizan en la zona de Son Puig han dañado dicha ruta, que tiene tramos del siglo XIII y es de gran valor histórico y patrimonial. La asociación de vecinos de Son Rapinya lo denunció ante Cort y el Consell, además de la tala de casi 80 pinos, por lo que el consistorio decidió paralizar las obras como medida cautelar.

Este recorrido, que comienza junto al cementerio de la Vileta, formará parte en breve de la Ruta de la Pedra en Sec, competencia de la conselleria insular de Medio Ambiente. Ante la posibilidad de que se viese afectado por la línea de alta tensión, el director insular del área, Josep Manchado, se puso en contacto con el responsable de Energía del Govern balear, Joan Groizard, que es quien otorgó la autorización de las obras. Según le informó, la nueva línea eléctrica no pasa por el camino histórico, sino que se desvía hacia el este y se dirige hacia la Universitat y Son Reus, un proyecto que empieza en la subestación llamada es Rafal (próxima a Son Moix).

De todos modos, un inspector de Patrimonio acudió al lugar y el departamento está a la espera de su informe sobre lo hallado tras el inicio de las obras de la línea de 232 kilowatios. Por el momento, los trabajos han consistido en la tala masiva de árboles, así como el ensanchamiento y allanamiento de un camino con maquinaria pesada para instalar las torres de alta tensión. Según explicaron desde la compañía Red Eléctrica, "la normativa exige que toda línea tenga una franja de seguridad por donde transcurre".

La asociación de vecinos de Son Rapinya está preocupada por la colocación de enormes torres eléctricas, "que tendrán que ser transportadas a través del bosque en camiones de gran tonelaje", tal como advirtió la presidenta de la entidad, Marisa Bonache, el lunes tras la denuncia de los residentes. Y se preguntó si la empresa ha buscado alternativas que sean menos impactantes con el medio ambiente.