La pierna ortopédica que alguien perdió hace años aún ronda por el almacén de la Oficina d´Objectes Trobats de Palma. Es una de esas cosas que nadie se explica cómo se puede dejar olvidada en alguna parte y no remover cielo y tierra hasta encontrarla. En lo que podría ser considerado como el trastero de Palma, el lugar donde se acumulan objetos que muchos creen perdidos para siempre, hay infinidad de carteras, documentos de identidad, tarjetas bancarias, maletas llenas de ropa, llaves, teléfonos móviles, sillas de ruedas, juguetes infantiles... esperando, perfectamente etiquetados, colocados en estanterías, que sus dueños los encuentren.

Tras el mostrador donde atienden Pep y Toni, dos de los agentes responsables de la Oficina, hay un particular museo visible para todos. Una urna funeraria (vacía), unas banderillas de torear todavía en su embalaje, maletas, un ventilador y algún peluche infantil llaman la atención entre numerosas cosas encontradas. La pierna ortopédica no está a la vista, hay ciertos límites del buen gusto, comenta Pep, quien dentro de muy poco se jubilará tras toda una vida en el cuerpo policial.

Este agente lleva siete años en Objectes Trobats, un departamento municipal que ha ido cambiando de ubicación y que ahora está en el sótano del edificio de la avenida Gabriel Alomar i Villalonga. Allí es el lugar idóneo para esta oficina, comenta su responsable. Los trastos se acumulan y no dan mala imagen en un espacio público. Y así también se han librado de quienes pasan por allí y se acercan a curiosear a ver qué hay, "por si acaso".

Sin embargo, para poder recuperar un objeto hay que dar ciertas explicaciones y justificar que es de uno, sobre todo con los móviles, de los que se pide factura, caja original o el código IMEI, además de la fecha en que se extravió.

Por ley, la Oficina debe custodiar estos objetos hallados durante dos años, aunque hay algunos, como la prótesis ortopédica, los móviles y las sillas de ruedas que llevan más tiempo en el almacén. Se trata de material delicado, costoso y que puede seguir teniendo uso, por eso aún espera un destino en el almacén.

El resto, las maletas, la ropa sobre todo, se entrega a beneficencia transcurridos los dos años.

Los DNI, después de intentar localizar a sus dueños, se destruyen al cabo del mismo plazo.

Solo durante el pasado mes de agosto, Objectes Trobats atendió 1.579 llamadas telefónicas, tuvo 1.391 visitas de ciudadanos que buscaban alguna pertenencia extraviada, registró 727 entradas de objetos y 396 salidas, además de 20 envíos. Son cifras habituales, comenta Pep. "Perdemos muchas cosas y también nos las roban", dice el policía.

Los objetos que se van acumulando en esta oficina llegan a través de la propia Policía Local, de la Nacional, de la EMT, de Correos, de la Policía Portuaria y de lugares donde hay mucha actividad, como la estación intermodal y grandes superficies comerciales. Los ciudadanos que encuentran algo suelen optar por entregarlo a algún agente o tirarlo dentro de algún buzón de Correos, que a diario envía cosas extraviadas a esta oficina. Tirarlo en un contenedor de basura es un error, remarca Pep, porque entonces ya no se puede recuperar.

En poco menos de una hora, unas cinco personas se han acercado a la oficina, en busca de llaves, de una cartera olvidada en el autobús... "Puede venir todas las veces que quiera, hasta que encuentre lo que busca o se canse", les suele decir Pep.