El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Palma quiere lograr que la aprobación de la nueva ordenanza de ocupación de la vía pública sea lo más consensuada posible, con el fin de que, una vez en vigor, tenga continuidad en el tiempo y no deba ser modificada al cabo de pocos años como ha ocurrido con la actual, aprobada por el PP en solitario en 2014. La teniente de alcalde de la Función Pública y Gobierno Interior, Aurora Jhardi, confirmó ayer en la comisión del pleno que el alcalde, Antoni Noguera, ha pedido que el borrador de la nueva ordenanza, cuando se disponga de los informes pendientes del jefe de Gobierno Interior, sea dada a conocer a los grupos del PP y de Ciudadanos, con el fin de iniciar una negociación tendente a la aprobación por unanimidad de la nueva normativa.

A preguntas del concejal conservador Xavier Bonet, la teniente de alcalde explicó que el informe final de los técnicos se ha retrasado porque, entre otras cuestiones, se han solicitado más datos con el fin de poder adoptar una decisión más acertada.

Al respecto, Jhardi explicó que la nueva normativa se va a adaptar a la realidad urbanística de las distintas barriadas de la ciudad, e incluso en algunos casos se podrá descender al nivel de determinadas plazas o calles.

La propuesta de la Federació d'Associacions de Veïns de Palma que solo permite la autorización de terrazas en calles de una anchura mínima de cuatro metros, con el fin de dejar tres para los peatones, es inviable si se quiere aplicar a tota la ciudad. De hecho, supondría la práctica prohibición de la ocupación de la vía pública con mesas y sillas. De ahí la necesidad de que la normativa se adapte a las distintas realidades.

Jhardi informó asimismo de que se van a realizar una serie de simulaciones aplicando cada una de las propuestas con el fin de conocer qué consecuencias tendrían. Se prevé que las reuniones con la oposición se puedan iniciar en semanas y que la ordenanza esté aprobada a final de año.