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Sa Torreta

Aroma a café en Son Castelló

Palma huele. No siempre a la depuradora. O a los contenedores sucios. O al alcantarillado de verano. O al tabaco del fumador...

Hay días que huele a un rico café. Alejandro Fernández.

Palma huele. No siempre a la depuradora. O a los contenedores sucios. O al alcantarillado de verano. O al tabaco del fumador cuyo humo se dirige indefectiblemente hacia los abstemios. O a la gasolina que desprenden los miles de tubos de escape de las procesiones de coches. La ciudad tiene puntos en los que apesta a la fritanga de algunas casas de comida (suena mejor que restaurante, ‘casa’ remite a un lugar acogedor y ‘comidas’ describe con precisión a qué se dedica).

La ciudad desprende también fragancias agradables, embriagadoras, sensuales. Cuando la brisa empuja el olor a mar recordamos que Palma es una ciudad marinera, aunque habitualmente viva de espaldas al Mediterráneo. Antes el ambiente se perfumaba con flores, pero uno tiene la sensación de que las rosas o los claveles criados en invernaderos ya no cautivan como los de antes. Las tiendas de jabones que han proliferado en los últimos años no necesitan anunciarse con grandes carteles ni con publicidades llamativas. Su presencia se hace notar veinte metros antes de pasar por delante de la puerta.

Las esencias de Palma son casi infinitas llegan de norte a sur y de este a oeste, son agradables o repelentes, insulsas o cautivadoras. Es una ciudad variada incluso en olores humanos. Una ‘nariz’ como la de Jean Baptiste Grenouille, el asesino múltiple que protagoniza la novela El perfume de Patrick Süskind, enloquecería nada más pisar la calle.

El último aroma agradable que he descubierto me llegó el lunes mientras circulaba cerca del polígono de Son Castelló. Me embriagó el perfume del café tostado. Era intenso, estimulante, penetrante. Deduje que llegaba de la factoría de Café Rico, ubicada en el Camí Vell de Bunyola. Estoy convencido de que, como yo, cientos de conductores respiraron profundamente para dejar que se introdujera en sus pulmones y, a través de la sangre, ejerciera un efecto benéfico en todo el cuerpo. Café Rico tendría que anunciar los días y horas en que pone en marcha el proceso de tueste. Seríamos muchos los que nos acercaríamos a tomar un café etéreo.

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