"Comprar para cocinar no es un capricho, hay que mirar el bolsillo". Maria Gibert, además de su talento natural en los fogones, tiene arte para encontrar calidad y buenos precios. Dos veces a la semana, la padrina youtuber recorre el mercado del Olivar en busca de los mejores productos para sus recetas mallorquinas. El pasado martes, día 12, tras siete meses compartiendo sus vídeos con los lectores de diariodemallorca.es, acompañamos a Gibert a realizar la compra, algo que para ella "no es un trabajo, sino un gusto".

A las diez menos diez de la mañana, en esta ocasión junto a su hija Maria Àngels, Gibert ya está en el mercado empujando su carro y con la lista de la compra en la otra mano. La primera parada es el puesto de los Hermanos Amengual. "Tengo dos o tres verdulerías preferidas, pero también les compro porque son seguidores de mis vídeos", bromea la padrina, que destaca lo "buenos" que están los productos de esta época, como tomates, higos, higos chumbos, caquis... "La temporada de las berenjenas ha bajado un poquito", señala Gibert, que coge unas cuantas para hacerlas rellenas "de pescado, o espinaca y jamón, o gambas".

De los higos confiesa que le encanta comerlos solos, aunque también prepara confituras, pero si hay algo que a su juicio queda delicioso es "servirlos con un pa amb oli. Mientras comparte sus secretos culinarios y espera la cuenta, otra clienta y su hija, de unos ocho años, reconocen a Maria Gibert y le dan la enhorabuena por sus recetas: "La miramos mucho, señora", afirman. La padrina les responde con cariño y alienta a la niña a seguir su vocación por la cocina. Toca comprar lo que falta en Frutos Miquel Pomar, otros fans de Gibert, que cocinan con las recetas de la padrina, y entre sus favoritas está el conejo con cebolla y el frito mallorquín. Limones, cebolletas y unos pimientos de padrón completan su paseo por los vegetales, con los que se ha gastado menos de 15 euros.

Próxima estación, la charcutería. Viana i Cladera es el puesto donde Gibert compra los ingredientes para el pa amb oli de los domingos por la noche, "que es cuando me olvido por una vez a la semana de encender los fogones". Unos 150 gramos de jamón serrano, jamón York y un poco de queso mahonés. Aquí todas las charcuteras siguen el canal de ´Recetas mallorquinas´, aunque alguna confiesa que no le gusta cocinar, pero "sí mirar cómo elabora sus platos" Gibert, que destaca la ventaja de llevarse los embutidos envasados al vacío, "pueden durar así hasta un mes fuera de la nevera". La cuenta en esta parada suma 7,45 euros.

Cruzando el pasillo, en la carnicería de Miguel Sastre, la padrina pide unos 300 gramos de costilleja de cerdo, que adobará con sal, pimienta y pimentón para preparar unos "ricos caracoles". También lleva frito, para hacer otro día. Mientras le sirven su pedido, de unos 4,95 euros, los vendedores le preguntan por su marido y cómo va todo en casa. Todos la saludan por su santo, que celebró este martes con una cena sencilla de filetes de escalope, unas patatas fritas y algo de verdura para acompañar, y melón de postre, "porque por la noche no hay que comer muy pesado y al día siguiente todos tienen que trabajar".

La llampuga es el pescado del momento y la misión final es encontrarlo a un precio razonable. La primera impresión al entrar en la pescadería del mercado es que no será posible. "Creo que mejor no lo compraré hoy", dice en un primer momento Gibert al ver que lo venden a casi 13 euros el kilo. Pero después de pasear detenidamente por todos los puestos, en el de Juani Fuster encuentra la llampuga mucho más barata, a menos de 10 euros, y la pide cortada en rodajas para hacer uno de sus platos favoritos.

"Entre todo he gastado unos 38 euros, me lo dice mi cartera", sonríe satisfecha la padrina youtuber tras una hora de faena. "Hay que ver que tengo una pensión muy pequeña y tampoco mi marido cobra mucho al haberse jubilado como autónomo", explica volviendo a remarcar la importancia de "mirar bien los precios porque así a final de mes ahorras". "Con todo esto tengo como para unos tres días", calcula Maria Gibert, que este domingo, día 17, cumple 80 años rodeada de sus hijas, yernos, nietos y marido. "Este día pido que me lleven a comer fuera, es sorpresa", comenta sin disimular su alegría y confiesa: "Tengo una gran familia, no me puedo quejar. Creo que estoy recogiendo lo que he sembrado, estoy muy contenta".

De camino al autobús, que la deja "casi en la puerta de casa", agradece a sus seguidores el reconocimiento por lo que tanto ama hacer y promete seguir deleitándonos con sus secretos de la gastronomía de nuestra isla "por mucho más tiempo".