La empresa municipal Emaya está estudiando si el mal olor que sufren los vecinos de Son Sardina desde principios del verano sale de una red de alcantarillado que transcurre paralela a la carretera de Sóller. Varios técnicos de la red de saneamiento de la empresa municipal se han incorporado a las investigaciones que efectúan los especialistas de la empresa de tratamiento de residuos Tirme y un grupo de residentes afectados para tratar de averiguar el origen del hedor. Durante esta semana, se han realizado diversas visitas, se han tomado muestras de gases y se han medido los compuestos químicos con el fin de obtener nuevos elementos que permitan llegar a una conclusión.

Técnicos de Emaya, Tirme y el Consell se reunirán el lunes con los representantes vecinales de Son Sardina y les expondrán los pasos dados y las posibles causas, aunque todavía carecen de una respuesta definitiva. La tesis de Tirme es que el olor procede de la canalización de aguas residuales paralela a la carretera, ya que sus trabajadores comprobaron que la mayoría de los pozos de registro no están sellados y a veces sale un fuerte hedor. Desde la empresa añadieron ayer que el pasado fin de semana recibieron numerosas quejas vecinales tras las lluvias caídas el sábado por la noche, lo que corroboraría su suposición, debido a que dicha red también lleva aguas pluviales.

Emaya no concretó ninguna hipótesis, aunque confirmó que, "por el momento, no se ha detectado ácido sulfhídrico", es decir, un gas tóxico que huele a materia orgánica en descomposición. En la red de alcantarillado analizada esta semana se vierten aguas de proceso (industriales) de Tirme, Emaya, el polígono de ses Veles y otros usuarios. La concesionaria de tratamiento de los residuos de Mallorca reconoció que este año ha aumentado un 20% la materia orgánica que es procesada en sus instalaciones, por lo que la cantidad de aguas sucias también se incrementa. Por último, técnicos de Carreteras visitaron las obras realizadas en los márgenes por si hubiese alguna relación.