El derribo del monolito de sa Feixina se complica aun más y el Ayuntamiento de Palma ve como sus planes de eliminarlo en esta legislatura quedan frenados por decisiones judiciales.

Un auto del juzgado Contencioso Administrativo número 2 ha rechazado las alegaciones del Consistorio contra la suspensión cautelar de la demolición urgente del monumento. ARCA, que instó esta medida preventiva, confirmó ayer que seguirá con este litigio, cuya resolución podría demorarse varios meses debido al colapso judicial. Además, la sentencia resultante no será firme y podrá recurrirse ante el Tribunal Superior, por lo que los plazos se alargarían aun más.

El Ayuntamiento tiene quince días para presentar un recurso de apelación contra este auto judicial que ha rechazado sus alegaciones y le condena a pagar las costas. De momento, y tras este nuevo revés, Cort ha paralizado la licitación de las obras de derribo del monolito, que estaban a punto de ser adjudicadas, confirmó ayer Llorenç Carrió, regidor de Cultura, Patrimonio y Memoria Histórica.

Sorpresa en Cort

La decisión judicial sorprendió ayer al equipo de Cort, que había presentado el pasado viernes sus alegaciones a la suspensión cautelar del expediente de demolición del monumento al crucero Baleares.

En las mismas, defendía la inexistencia de valor patrimonial del monolito, la falta de legitimación de ARCA para impugnar el acuerdo municipal de continuación del expediente de demolición y la necesidad de reanudarlo por vía urgente después de un año de parón.

"Lamentamos que el juez no haya estudiado nuestras alegaciones, entendemos que no ha entrado en profundidad en nuestros argumentos", afirmó Carrió sobre la celeridad con la que se ha dictado el auto. "A partir de aquí seguimos adelante, con el compromiso de acabar con el gran monumento fascista del crucero Baleares", añadió el regidor, quien, sin embargo, no pudo determinar cuándo será posible su demolición.

"ARCA tendrá que presentar sus argumentos y nosotros retomaremos toda esta información", explicó el concejal sobre los pasos que dará el Ayuntamiento. El regidor descartó que las apelaciones presentadas y que cargaban contra ARCA no hayan estado bien argumentadas. "El juez no ha entrado a resolver en profundidad. Simplemente, ante esta situación, ha decidido parar el proceso por si hubiera otras cosas a tener en cuenta", comentó Carrió, quien reiteró que no compartía esta decisión, pero la respetaba.

ARCA manifestó ayer su "satisfacción por este pequeño paso para evitar la destrucción de un bien patrimonial público" y confirmó que seguirá con el contencioso, tal como tenía previsto.

"El juez explica que si no se impidiera ahora la demolición y finalmente tras todo el proceso judicial hubiera una sentencia en contra del Ayuntamiento, además del coste de la demolición habría que añadir el de la reconstrucción ocasionando un gasto innecesario en las arcas públicas", manifestó la entidad en un comunicado.

"ARCA lamenta que el Ayuntamiento de Palma no sólo pague informes que insultan a ARCA y a las personas expertas que defienden el monumento, sino que en sus alegaciones cuestione nuestra capacidad para defender el patrimonio de Palma. Realmente parece que la obcecación por destruir un monumento les hace decir cosas de las que se deberían arrepentirse", añadió la asociación.

La portavoz del grupo municipal popular, Marga Durán, valoró positivamente la suspensión del derribo de sa Feixina y apuntó que espera que "sa Feixina sobreviva al Pacto de Cort", según manifestó en un comunicado. "Lo lógico es que mientras se lleva a cabo la discusión sobre el futuro del monumento no se pueda iniciar el procedimiento de demolición del mismo, ya que de producirse, no habría vuelta atrás", apostilló Durán.

Pedro Ribas, regidor de Ciudadanos, criticó el gasto de dinero público en la apelación a una medida provisional que tendrá una vigencia limitada.