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Sa Torreta

Francesc Bosch, el barítono eterno

La vida musical mallorquina se ha escrito a partir de escenarios y nombres. Los escenarios son en esencia tres: el Lírico, el Principal...

Bosch en 2007, había nacido el 24 de agosto de 1917. S. Llompart

La vida musical mallorquina se ha escrito a partir de escenarios y nombres. Los escenarios son en esencia tres: el Lírico, el Principal y, gracias al empeño de Rafel Ferragut, el Auditorium. Los nombres se reparten entre compositores e intérpretes. La isla ha dado, además de los hoy desconocidos mestres de capella de la catedral, personajes como Miquel Marquès, Antoni Torrandell o Gabriel Samper. Entre los intérpretes sobresale Uetam, que recorrió las cortes de toda Europa desde Madrid a San Petersburgo. Pero en las décadas centrales del siglo pasado en la isla destacó un nombre por encima de todos, el del barítono Francesc Bosch.

Viene a cuento sacar a colación su nombre porque mañana se cumple un siglo de su nacimiento en Esporles. Aunque desde niño dio muestras de gran talento, fue en la posguerra cuando con 26 años debutó profesionalmente en el Teatro Lírico de Palma. El 2 de noviembre de 1943 interpretó El cantar del arriero.

Varios curas de su pueblo habían sido quienes le animaron a emprender una carrera musical. Las primeras clases de canto las recibió en Palma de un italiano llamado Arturo Baratta. Gracias a él conoció a Marcos Redondo, probablemente el cantante más popular de los años 30 y 40. La guerra interrumpió su carrera, aunque, según contaba él mismo, nunca dejó de estudiar.

Después se enroló en la compañía de Marcos Redondo con quien recorrió todo el levante sin cantar una sola nota... hasta que llegó a Palma y, gracias a que la familia Tous era la propietaria del Lírico, pudo debutar ante el público.

Años después fundó su propia compañía, volcada sobre todo en el género de la Zarzuela. Viajó por México, reclamado por Francisco Moreno Torroba, Cuba y Estados Unidos. Después, gracias al mecenazgo de Leonor Servera de March, amplió sus estudios en Italia.

En los años 60 regresó a Mallorca y siguió ofreciendo recitales hasta una edad muy avanzada. Por ejemplo, con 89 años se subió al escenario del Auditorium para interpretar sus éxitos de siempre. Murió con 92, el 28 de noviembre de 2009.

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