Asima y Cruz Roja han impulsado un proyecto de huertos urbanos ecológicos para colectivos vulnerables.

Asima (Asociación de Industriales de Mallorca) es propietaria de una parcela rústica de 14.000 metros ubicada en la carretera de Sóller, junto al centro penitenciario, y la ha cedido a la Cruz Roja para la realización de proyectos solidarios de agricultura.

Francisco Martorell Esteban, presidente de Asima, explicó ayer que, con la colaboración de empresas asociadas, como Socias y Rosselló, Puigcercos y Redex-Gabriel Gayá, han dotado el terreno con las infraestructuras necesarias: "Hemos puesto agua y electricidad, y ahora se está construyendo una caseta y unos lavabos".

Sembrant Salut es un proyecto de Cruz Roja que se inició en 2008 y consiste en convertir espacios urbanos en huertos ecosociales con finalidades terapéuticas. "Algunos de los beneficios son la integración social, sentirse útil, combatir la soledad, fomentar la paciencia y la responsabilidad", dice Neus Ventayol Gastalver, técnica de medio ambiente de Cruz Roja.

El perfil requerido para este proyecto se centra en personas de más de 60 años que sean autónomas, "pero, sobre todo, que tengan ganas de cuidar un huerto", asegura Ventayol.

"Se ha hecho realidad uno de mis sueños, estoy muy contenta", explica emocionada Carmen Olivos, una de las usuarias de esta iniciativa. La participante explica que le hizo "mucha ilusión" la primera vez que recogió los calabacines que plantó, "¡Verás cuando salgan las judías!", dice Carmen.

Francisco Martorell dijo que "es un proyecto muy bonito impulsado por Asima en el que hemos puesto muchas ganas". Carmen Olivos cuenta que viene "como mínimo tres días a la semana a regar las plantas de su parcela y a quitar las hierbas"

Desde la Asociación de Industriales de Mallorca han explicado que estos terrenos también están abiertos a todos lo empresarios asociados que deseen cultivar en una parcela.

En este proyecto también se trabajará con una nueva metodología: las relaciones intergeneracionales. "Se harán visitas guiadas con niños y así aprenderán de dónde surgen las hortalizas", informa la técnica de medio ambiente de Cruz Roja, "además, es muy positivo el contacto con la naturaleza", añadió.

Esta fundación también ha realizado estos proyectos con otro tipo de colectivos en condiciones de vulnerabilidad, como por ejemplo refugiados, inmigrantes o presos.

Miguel García, impulsor de la iniciativa, explica que la forma de trabajar es en parcelas de 30 metros divididas en cuatro partes, "para así poder hacer la rotación de cultivos". Además, se utiliza el riego por goteo, "así ahorramos mucha agua", dice Miguel.

Esta es la segunda temporada de producción del huerto. "Te mantiene activo, en forma y comes sano", asegura el impulsor, "yo antes cultivaba en mi casa, y ahora me han dado esta oportunidad", añade Miguel.

Neus Ventayol, de Cruz Roja, ha insistido en la importancia que tiene que cada empresa ponga "su pequeño grano de arena", para que así "se puedan realizar proyectos tan bonitos como este".