El GOB ha solicitado a la Fiscalía que investigue el vertido de escorias con restos de plástico quemados en el puerto de Palma, procedentes de las obras de ampliación del moll que lleva a cabo la Autoridad Portuaria de Balears (APB), por si constituye un delito ambiental.

Pese a que el Consell de Mallorca ordenó la paralización de este vertido de escorias por "precaución" hace más de un mes, el grupo ecologista informó ayer que había presentado el pasado martes un escrito ante Fiscalía para que abra un expediente para esclarecer los hechos denunciados, en referencia a la aparición de plásticos en el mar y en la playa de Can Pere Antoni. Tanto Mallorca Blue y el GOB, como la Conselleria de Medio Ambiente del Govern achacaron la procedencia de este material a las obras en el muelle de Ponent que lleva a cabo la APB.

Denuncias y paralización

La denuncia de la presencia de plásticos en el mar se produjo el pasado mes de junio por parte de las entidades ecologistas y que la consellera de Medio Ambiente del Consell, Sandra Espeja, paralizó el vertido de este material utilizado en las obras del puerto y procedente de la planta de Tirme.

"El tema de las escorias procedentes del proceso de incineración para la realización de las obras de ampliación del Moll de Ponent por parte de la APB continua preocupando a la sociedad y a las entidades ecologistas", afirmó ayer el GOB en una nota.

Esta organización calificó de "escándalo" el vertido de escorias al mar y añadió que los restos de plástico "tendrían que desaparecer totalmente si la incineración se hiciera con todas las garantías, y que, además, como indica CEDEX, uno de los problemas más graves de reutilización de escorias es la posible contaminación del agua por metales pesados y lixiviados [residuos líquidos a partir de sólidos]".

"La presencia de plásticos medio quemados hace pensar que, como en otros muchos casos denunciados por entidades ecologistas, el proceso de incineración no se hace correctamente, en cuanto que no se asegura la destrucción del residuo, ni por tiempo de residencia (dos segundos), ni por temperatura de combustión (850 °C)", sostiene el GOB.

Los ecologistas consideran que el vertido de este material es especialmente grave porque se echa directamente al mar y porque puede representar un gran riesgo sobre los ecosistemas y la salud humana.

"Exigimos responsabilidades respecto del uso indiscriminado de las escorias ya que se trata de una operación perversa que con la excusa de la 'reutilización' y del uso de un ecoárido sin tener que extraer material nuevo de canteras, sencillamente, lo que pretende es quitarse de encima el excedente de escorias de la planta de incineración y evitar a Tirme los costes de su correcto almacenamiento", denunció el GOB.