Desde el primer momento en que se denunció públicamente la presencia de plásticos en la bahía de Palma, tanto Autoridad Portuaria como Tirme negaron tener responsabilidad en ese hecho, alegando que el material utilizado, el ecoárido, estaba homologado para ese uso y que se habían tomado medidas de seguridad para impedir la expansión de las escorias.

La APB informó al Govern, cuando este requirió información sobre el material utilizado en las obras del muelle, que los restos de plástico presentes en Can Pere Antoni no coincidían con los que se encontraban en el material de Tirme y que con las medidas implantadas en obra (una doble barrera de protección y una embarcación vigilando y recogiendo material en el interior del recinto), ningún tipo de material podía salir del recinto.

Por parte de Tirme, en respuesta a las denuncias ecologistas, se explicó a este diario que las escorias estaban constituidas por aquellas partes de los residuos que no son combustibles y que se recogen en la parte más baja del horno. "Las escorias, por tanto, están formadas por metales de todo tipo y materiales minerales como restos de obras. Estas escorias se destinan a una planta de reciclaje anexa a la planta incineradora para su tratamiento", detallaron fuentes de la empresa.

Según la versión de Tirme, en esa planta "se extraen los metales (hierro, aluminio, cobre...) que se destinan al 'reciclador' y se producen unos áridos reciclados con diferentes grosores en función de la demanda de los clientes" y que no son otros que los denominados ecoáridos, los mismos que el GOB cuestiona.