"Hay que atacar directamente a las mafias de la venta ambulante ilegal, que son quienes obtienen los máximos beneficios mientras los vendedores que están por las calles y zonas turísticas son las víctimas de una explotación que casi llega a la exclavitud". Así de contundente se manifestó ayer el presidente de Pimem, Jordi Mora, después de la reunión mantenida entre esta patronal y Afedeco con la Delegación del Gobierno. Los portavoces de los comerciantes se entrevistaron con el secretario de Seguridad, Rogelio Araujo, para pedirle que la Policía Nacional y la Guardia Civil "luchen contra la distribución y traten de requisar los productos de los almacenes, porque la solución a medio y largo plazo no es perseguir a quienes están en la calle", tal como añadió el presidente de Afedeco, Rafael Ballester.

La reunión, que duró una hora y media, fue "muy técnica" y en ella acordaron establecer un plan de trabajo con un seguimiento periódico y en el que participen la Delegación, los comerciantes, el Ayuntamiento, la conselleria de Trabajo y responsables técnicos de las Fuerzas de Seguridad del Estado. El objetivo es consensuar acciones para luchar contra esta venta ilegal consensuar acciones para luchar contra esta venta ilega. Las dos patronales presentarán en septiembre una primera propuesta, que cuando esté completada se trasladará a las juntas locales de seguridad para atajar el problema de forma conjunta, indicaron.

Pimem y Afedeco recordaron que "el plan de trabajo no tiene que centrarse en la temporada, cuando se hace más presión, sino que debe ser global para erradicar definitivamente a las mafias", en palabras de Ballester.

De forma paralela, tal como añadió Mora, la administración debería ofrecer una alternativa a los vendedores ambulantes, "un plan de choque de formación para que puedan encontrar otra salida laboral. Lo anunciaron la regidora de Seguridad Ciudadana y la consellera de Servicios Sociales", recordó. Desde las patronales se comprometen por su parte a "ayudar a insertar laboralmente a estas personas", según aseguró el presidente de Pimem.

La situación actual respecto a la ocupación de la vía pública, que es competencia del consistorio palmesano, "está controlada en la plaza Major y Dalt Murada, pero hay muchos vendedores en la Platja de Palma", dijo Ballester.

Bebidas y fruta

Añadió que el problema es cada vez más grave en las playas, ya que "hay una gran oferta de bebidas y fruta, por lo que este tipo de venta ya no afecta solo a los pequeños comerciantes, sino también a los restauradores, que con la nueva competencia ven mermadas sus ventas", concluyó.