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Entrevista

Maria Bover: "Podrán desalojar el Jardí d'Epicur pero no nos vamos a rendir"

A sus 71 años, Maria Bover ha sido una de las activistas más significadas en un proyecto colectivo: el Jardí d'Epicur, desalojado por el juez el lunes

Maria Bover ante el jardín d'Epicur ayer ya vallado. Miguel Borrás

A sus 71 años, Maria Bover ha sido una de las activistas más significadas en un proyecto colectivo: el Jardí d'Epicur, desalojado por el juez el pasado lunes. "Han destrozado las ilusiones de un proyecto colectivo", se lamenta.

Maria Bover no ha asumido el desalojo del que durante cinco años ha sido algo más que el Jardí d'Epicur. El proyecto colectivo de recuperación de este solar urbano convertido en jardín, huerto y, sobre todo, "lugar de encuentro", se vino al traste este lunes al ser desalojado por orden del juez. Veinticuatro horas después regresa al lugar de los hechos y, para su sorpresa, el solar está vallado. Allí se encuentra con una vecina, Manuela, que protesta por el destrozo hecho a los árboles ante la presencia de la propiedad, la inmobiliaria Oliver Mateu. Él le asegura que podrán recogerlos. Lo cierto es que están arrancados. Y Maria, la jardinera activista de 71 años, que lo ha cuidado estos cinco años, insiste: "Se han cargado algo más que un jardín. Han destrozado las ilusiones de un proyecto colectivo".

¿Cómo llegó a implicarse en el proyecto del Jardí d'Epicur?

A raíz de participar en el movimiento del 15 M, de conocer sus ideas, de escucharles. Antes estuve en el proyecto de huerto urbano. Me interesa la recuperación de los espacios verdes de Palma, que están abandonados.

¿Pero este solar tenía dueño?

Sí, lo tenía en venta pero nos dejó cuidarlo y convertirlo en jardín. Lo limpiamos. Aquí hay mucho trabajo. Cada árbol, cada planta, tiene una historia. Al cambiar de propiedad y pasar a ser de Sa Nostra, ahora BMN, se expropió el solar y nosotros ya estábamos en él. Un año y medio atrás ya hubo una orden de desahucio que no se consolidó.

¿Cómo se logró?

Un constructor mallorquín quiso comprarlo pero se dio cuenta que al hacerlo le daría mala fama. El jardín ya tenía apoyo popular. Así que se retiró; y el BMN dio marcha atrás.

Hasta ayer. ¿Imaginó este final no feliz?

La verdad es que hasta el último momento pensé que no lo llevarían a cabo.

La inmobiliaria Oliver Mateu ¿no es la propietaria?

Ellos especulan. No tienen en cuenta a las personas. ¡Mira que hay solares en Palma, y justo vienen aquí a comprar el único espacio verde liberado de la ciudad de manera colectiva! ¿Con que finalidad? Esta es una zona muy golosa. No hay que olvidar que la entidad bancaria fue rescatada con el dinero público y que debían hacer labor social. ¿Qué pasa con ella? Nosotros sí hicimos labor social aquí.

¿Desde cuándo es activista?

Mi origen es humilde. Nací en el campo en Porreres. Me casé joven y me separé. Con un hijo a mi cargo, he tenido que luchar mucho. Trabajé como peluquera y luego en la limpieza en un colegio concertada. Allí me aseguraron. Soy de la clase trabajadora y sé lo mal que lo están pasando estos jóvenes. Yo estoy aquí por ellos.

¿Cree que el Ayuntamiento ha hecho lo suficiente por el Jardí d'Epicur?

Ellos nos han apoyado. Y ahora hay proyectos de bancos de tierras y huertos muy ambiciosos.

¿La lucha continúa?

Por supuesto. Estamos tocados, pero no nos vamos a rendir.

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