La Autoridad Portuaria da un paso más para el derribo de los dos edificios de la calle Contramuelle Mollet. Esta semana han salido a concurso público las obras de demolición de ambos inmuebles, el plazo de ejecución de las cuales será de cuatro meses y tienen un presupuesto de licitación de 605.930,10 euros. Las ofertas se podrán presentar hasta el 18 de agosto y no será hasta el 5 de septiembre cuando se abran los sobres con las ofertas.

La decisión de derribar estos edificios se tomó el pasado mes de febrero cuando la Autoridad Portuaria suspendió el concurso público para gestionar ambos inmuebles durante los próximos treinta años, impulsado durante la anterior legislatura. Sin embargo, los responsables actuales, "en sintonía" con el área de Urbanismo y Modelo de Ciudad del Ayuntamiento, decidieron en febrero suspender el concurso con el objetivo de "no hipotecar" tres década de esta zona ubicada junto a los jardines de Sant Elm.

La intención de Cort y la Autoridad Portuaria es "promover la reordenación de la zona, racionalizando sus usos y eliminando las edificaciones que sean prescindibles para la actividad portuaria", tal y como explicaron a principios de año en una nota de prensa.

Esta demolición, que va cogiendo forma, "permitirá el esponjamiento del área del Contramuelle Mollet y también dotar al puerto de zonas abiertas al ciudadano, aproximándolo al modelo de puerto-ciudad que persiguen muchas ciudades de referencia", añadieron.

Durante la pasada legislatura la única empresa que optó al concurso público de las citadas edificaciones del Contramuelle fue una de capital andaluz para gestionar el llamado Mercat des Port, un complejo con locales de restauración. El año pasado llegó a ofertar puestos pese a no haber obtenido la adjudación, por lo que la Autoridad Portuaria tuvo que advertirle de dicha irregularidad.

Además, el pliego del concurso público que la Autoritat Portuaria redactó la pasada legislatura establecía que los jardines de Sant Elm eran "zona de explotación", por lo que la adjudicataria se tenía que encargar de su mantenimiento y, a cambio, podía aprovecharlos. También permitía la construcción de un aparcamiento subterráneo bajo ellos.

Entonces, por el contrario, la Federación de Asociaciones de Vecinos reclamó al organismo portuario que los jardines fueran ampliados mediante el derribo de los edificios objeto del concurso público e incorporando el solar resultante a la zona verde. Con ello, se recuperarían "tanto las visuales de la catedral como de la pequeña iglesia dedicada a Sant Elm", que está "totalmente absorbida por la presión de los edificios y coches". Así pues, finalmente se ha optado por esta opción.

Existen otras edificaciones que "ya no constituyen una necesidad portuaria básica, por lo que está previsto llevar a cabo el mismo proceso a medida que finalicen las concesiones, debido a que se reordenará toda la zona a medio y largo plazo", según indicaron fuentes del organismo estatal.