Los 19 millones del superávit del presupuesto de 2016 pasado más otros 2,2 correspondientes al crédito de 120 millones para el pago de proveedores suscrito en el pasado mandato se destinarán al abono de intereses, expropiaciones pendientes y a regularizar la situación con Tirme.

En la comisión de Hacienda celebrada ayer se aprobó la distribución de este superávit, además de la modificación de una serie de partidas presupuestarias afectadas por los mayores ingresos procedentes del pasado ejercicio.

Según la ley estatal de estabilidad presupuestaria, también denominada Ley Montoro, el superávit no puede destinarse a inversiones, ni a nuevos servicios municipales ni a mejorar los existentes, sino que se debe aplicar al pago de las obligaciones pendientes.

Por ello, la propuesta del concejal de Hacienda, Adrià García, se ha limitado a proponer que el superávit se destine a reducir el importe de las obligaciones contraídas por el Ayuntamiento y que aún no se han abonado.

De esta forma 6,5 millones de destinan al pago de intereses de demora, otros 7,5 a hacer efectivas las cantidades pendientes de distintas expropiaciones ya realizadas para la construcción de viviendas, un equipamiento sociosanitario, otro sociocultural e instalaciones deportivas.

Otros 6,7 millones se destinarán al pago a Tirme de varias mensualidades pendientes del tratamiento y la incineración de los residuos sólidos urbanos. También se utilizan 315.000 euros al abono de facturas de suministro de agua pendientes con Emaya.

Deuda con Emaya

El concejal aseguró que, con esta última empresa municipal, se ha conseguido reducir "de forma importante", la deuda "histórica" que mantiene el Ayuntamiento, además de transferirle del presupuesto municipal la cantidad efectivamente consignada.

De esta forma no se producirán distorsiones, ya que era habitual en anteriores mandatos que el Ayuntamiento consignara una partida para transferir a Emaya, que esta empresa reflejaba en sus presupuestos, y, en la práctica, darle una cantidad menor.