El Ayuntamiento de Palma tardará varios meses en poder ejecutar la demolición del monumento al crucero Baleares de sa Feixina, pese a que ahora ya no hay ningún inconveniente de carácter patrimonial que impida su derribo, aunque espera que los trabajos puedan iniciarse en noviembre.

Tal como explicó la portavoz del equipo de gobierno, Susanna Moll, una vez que Cort reciba la notificación del Consell de Mallorca en el sentido de que el monolito no está catalogado, lo que ocurrirá antes de mañana, viernes, día 21, "procederemos a retomar el expediente de demolición" que fue paralizado el 13 de abril de 2016, tras la incoación por parte del Consell del expediente de protección.

En estos momentos el Ayuntamiento debe responder a las más de 500 alegaciones presentadas por particulares y entidades al proyecto de demolición, lo que podría producirse , según Moll, en una de las próximas juntas de gobierno municipal, a celebrar antes de las vacaciones de agosto.

La concejalía de Cultura y Memoria Histórica, encargada de responder estas alegaciones, ya tiene muy avanzadas las respuestas puesto que, durante el año en el que el expediente ha sido paralizado por el Consell se ha avanzado en este trabajo, por lo que, una vez aprobadas o rechazadas, se procederá a su notificación a los interesados.

Finalizado el anterior proceso, que podría estar ultimado en el mes de septiembre, el departamento de Contratación, que dirige la teniente de alcalde Aurora Jhardi, iniciará la licitación de las obras. Dada la cuantía de la intervención (169.870,82 euros)y debido a que el Ayuntamieno no dispone de personal suficiente para hacerse cargo de la ejecución de la obra, se debe realizar un concurso público que, en condiciones normales y teniendo en cuenta que en esta ocasión no se debe publicitar en el Boletín Oficial de la Comunidad Europea, puede durar entre "un mes y medio o dos", según la teniente de alcalde Aurora Jhardi.

El responsable de Infraestucturas, el concejal Rodrigo Andrés Romero, recordó que, tal como estaba previsto, los gastos de la demolición se cargarán a una partida genérica de Parques y Jardines, por lo que, en principio, y tal como confirma también el concejal de Hacienda, Adrià García, no será preciso aprobar ninguna modificación de crédito.

Tal como se contempla en el proyecto de demolición redactado en marzo de 2016 por el arquitecto municipal Antoni Sbert, con la colaboración de la restauradora Magdalena Rosselló, los arquitectos técnicos Eva Borrás Roig, Miguel Moll Reynés y Jordi Albert Soler Vallespir y el delineante Eduardo Salom, los trabajos de demolición, una vez adjudicadas las obras, tendrán una duración estimada de tres meses. El proyectocontempla la demolición completa del monumento con la recuperación de los relieves existentes en su base.

También se eliminará el parterre en el que se ubica el obelisco y la pavimentación del espacio libre resultante con el mismo material existente actualmente alrededor de baldosas de hormigón prefabricado. Se procederá asimismo a la ampliación de la red de recogida de aguas pluviales debido al incremento importante de la superficie de escorrentía que supone la generación del nuevo espacio pavimentado resultante.

El proyecto redactado inicialmente tenía un coste que prácticamente duplicaba el finalmente aprobado, puesto que se aprovechaba la actuación para dotar a la zona de nueva iluminación, además de reforzar el drenaje y la colocación de arquetas para tomas de agua potable y aguas grises.

Por el momento, no hay ninguna resolución judicial que implique la parilización del proceso de demolición, aunque Moll advirtió que, lógicamente, "todo se va a hacer dentro de la más estricta legalidad". En el mismo sentido se pronunció el alcalde, Antoni Noguera, quien insistió en que él conoce lo que va a hacer el Ayuntamiento "no lo que resolverán los juzgados en cada momento".