Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Mujeres de hoy

"La fotografía ha pasado de exaltar playas llenas al turismo de sensación"

Doctora en Historia del Arte, especialista en gestión del patrimonio fotográfico de Balears, da clases en la UIB

María José Mulet es una observadora minuciosa que vela por el patrimonio fotográfico de Balears. B. ramon

María José Mulet Gutiérrez asume que en los tiempos que corren, a ritmo de bit sin pausa, ella pertenece al grupo de los "inmigrantes digitales" frente a las nuevas generaciones que son "nativos digitales". Doctora en Historia del Arte, especialista en arte contemporáneo, historia de la fotografía y gestión del patrimonio fotográfico y audiovisual, imparte clases en la UIB. Mulet es una observadora minuciosa sobre cómo se ha construido la imagen turística a través de la fotografía y el cine. Nacida en Palma, en 1958, el terruño se lo pone fácil. Está en primera línea. Mallorca, las Balears, es un laboratorio perfecto para observar los vaivenes de esa mirada hacia las 'invasiones' de visitantes llamados guiris. En 2012, junto a Jaume Gual y otros estudiosos de la imagen, creó el Observatorio fotográfico del paisaje de las islas Baleares, un proyecto que como su nombre indica muestra la evolución del paisaje a través de la imagen. "Es casi un trabajo de voluntariado", sonríe. Hasta la fecha cuentan con 1.012 fotografías, y 1.200, a la espera de ser digitalizadas.

-¿Es fotógrafa o estudiosa de las fotografías de los demás? ¿Cómo empezó su afición?

-Mi inicio en la fotografía fue sentimental. En mi casa había muchos álbumes y me gustaba mirarlos; ahí nació mi interés por la fotografía como objeto de estudio. Después me interesé en su valor patrimonial.

-¿Cuándo se tomó la primera fotografía de Palma? ¿Cuál fue?

-Según Antonio Furió en enero de 1840 se hizo el primer daguerrotipo. La primera máquina llegó en diciembre, al mismo tiempo que en París. Francesc Muntaner fue a París, escuchó a François Aragon, y se trajo la máquina. Parece ser que fue una imagen del Born tomada desde la azotea. Se ha perdido.

-Usted escribió el libro 'Fotografía a Mallorca, 1839-1936'. ¿Se puede hablar de una escuela mallorquina de fotografía?

-No hay rasgos, pero sí, muchos profesionales. Lo que sí nos distingue de otros territorios y otros países es la relación con el turismo. El cliente potencial primero es el viajero y luego, el turista. Los fotógrafos dirigen su trabajo a la postal, por ejemplo Rulán, Josep Truyols, Guillem Bestard. Se proyectó la imagen de Mallorca de la misma manera que se hacía en otros lugares: se fijan en la ciudad y en algunos lugares de la costa.

-¿Cómo se ha comportado la fotografía frente a la industria turística?

-Ha ido variando, y siempre según criterios de interés político, económico. Por ejemplo, en los años 50 se proyecta una imagen casi idílica del turismo de masas, que huye de mostrar cualquier atisbo de miserabilísimo, salvo Planas que tiene alguna. Él se compró un helicóptero para hacer fotos aéreas de la costa que luego ofrecía como murales a restaurantes y particulares. Los revelaban en el cine Augusta. Ahí se creó escuela; Torrelló y Lorenzo, por ejemplo, empezaron ahí. Después, en los 60, lo que vendía y así lo quería el Ministerio de Turismo, era la cala con chiringuito, el hotel, accesos cómodos. Ya se preocupaban de vender modernidad y comodidad. En los 70 se avanzó en la misma línea. Ahora prima todo lo contrario: turismo de sensación.

-Y de yoísmo. ¿Utiliza usted instagram?

-¡Yo no me hago selfies, soy muy recatada, ni cuelgo tampoco fotos personales. No soy exhibicionista. Joan Fontcuberta lo ha expresado muy bien, la fotografía digital y las redes sociales confunden el espacio público del privado. Forma parte del nuevo modelo social. No creo que de marcha atrás. Podemos ser críticos pero estamos en este modelo: uno se compra un teléfono no para llamar sino en función de la calidad de las fotos porque todos quieren colgarlas en la red. "Estamos en la prehistoria del cambio en la manera de ver o estar: lo personal pasa a ser colectivo"

-¿Se acabó con una de las premisas de la buena fotografía, mirar lentamente?

-Estamos en la prehistoria de lo que va a suceder. Para las nuevas generaciones, facebook está obsoleto, prefieren instagram. Está cambiando la manera de mirar, de estar. Lo personal pasa a ser territorio de lo colectivo.

-Somos todos espectáculo.

-Es el modelo del capitalismo tardío, que además está programado para hacer un cambio que favorezca la globalización económica, la deslocalización, la uniformización, y todo lo que ello comporta.

-¿A través del Observatorio fotográfico del paisaje de Balears qué han detectado?

-Lo primero de todo que existe un patrimonio audiovisual muy valioso y muy poco conocido. Hay archivos y colecciones muy buenas. Se han mantenido gracias a las familias que nos lo ceden y podemos digitalizarlo. Pero el observatorio es casi un voluntariado. En Palma existe el Arxiu del Só i de la Imatge pero cuentan con pocos recursos. Proteger implica inventariar, limpiar, catalogar, conservar en unas condiciones adecuadas. En definitiva, implica un presupuesto.

-¿Que ni está ni se le espera?

-Las administraciones hablan y hablan. Yo les pediría menos palabras y más acción. Voluntad siempre dicen tener pero el patrimonio fotográfico está igual que hace diez años.

-¿Se ha perdido mucho?

-Bastante, pero debo decir que el primero que no era consciente de lo que tenía entre manos era el propio fotógrafo que a menudo reutilizaba sus placas de vidrio o las tiraba porque ocupaban mucho espacio. A veces, el fotógrafo vendía las placas de fotografía a los relojeros para hacer las tapas de relojes. ¡Ejemplo de reciclaje de principios del XX! Tampoco han sido conscientes del valor documental de fotos de bodas, bautizos. Hoy sí se les da ese valor. La fotografía analógica es un objeto frágil. "La fotografía digital y las redes sociales confunden el espacio público del privado, como expresó muy bien Joan Fontcuberta"

-Pero tenemos la nube. ¿Es segura?

-Creo que se conservarán más las fotografías analógicas que las digitales. La rapidez en los cambios de formatos no lo favorece, y en cuanto a la nube, qué pasa si se pierden las claves. Dicen que tienen veinte años de vida pero recuerda que dijeron que los cd's eran para toda la vida, y ya ves. ¡Yo no me fío!

-¿Qué archivos y colecciones de Baleares destacaría?

-El de Planas, que es ingente; la colección de Jaume Escalas, la de Bestard en Pollença y las de Andreu Muntaner y Miquel A. Font.

-¿Más allá de la Catedral, Palma sigue siendo una buena modelo?

-La fotogenia es un tema largo y discutible. Palma es una ciudad para ser descrita por la pintura, la literatura, la fotografía... Es fuente para el artista.

-¿Nos miraron mejor los de fuera?

-A Balears llegaron algunos de los grandes de la fotografía. Y también hay muy buenos fotógrafos locales; hay mucha afición.

-¿Mujeres?

-Son las grandes olvidadas de la Historia del Arte. Se les asignó el papel de ayudantes, pero afortunadamente hoy está superado.

Compartir el artículo

stats