El sábado pasado Cort se vio obligado a talar uno de los ficus de la plaza de España porque "era una situación de emergencia ya que había riesgo de daños a las personas", reiteró Inma Gascón, jefa de servicio en el Plan de Gestión del arbolado de Palma.

No es el único ni será el último caso. Seis especies de árboles plantados en Palma están en peligro de caída o pérdida de ramas como consecuencia de "falta de lluvias y veranos muy calurosos", indicó Gascón. Es decir, modificaciones que apuntan al cambio climático, aunque desde este departamento prefieren ser cautos y mencionarlo con la boca pequeña. Eso sí, "pasan cosas". Ayer mismo el paseo Marítimo quedó interrumpido por la caída de una palmera en la calzada, dirección a Portopí.

Son seis las especies de árboles urbanos más vulnerables. En concreto, olmos, pinos, palmeras, melias, bellasombras y ficus. "El arbolado de Palma es mejorable", opina Gascón. Con todo, insistió en que "somos precursores y damos ejemplo a otros ayuntamientos al dar prioridad al cuidado verde y a la vez a las personas".

Entre ellos, es el olmo la especie más frágil. "A medio plazo vamos a sustituir los viejos olmos por otros", señaló la técnica municipal.

Una inmensa mayoría del arbolado urbano acaba provocando incidentes entre los transeúntes como caídas y tropiezos a causa del levantamiento de aceras por las raíces de los árboles. "Desde 2003 están documentadas estas caídas, y en muchas de ellas se ha visto que podría deberse al cambio climático ya que los subsuelos están muy secos", señaló Gascón.

Cambios en el mobiliario

Si el sábado pasado, la tala del ficus de la plaza de España requirió cortar la línea de autobús en el epicentro de pasaje turístico de Palma, y cuando aún parte de la zona sigue acordonada porque hay otro ficus en riesgo de perder ramas, no se descarta por parte del negociado de Infraestructuras cambiar de lugar el mobiliario urbano que esté situado cerca de algunos de los árboles en peligro.

En 2016 se repasó el arbolado viario por los técnicos de zonas verdes. Cuentan con un podador experto, incorporado a guardias, ya que "nuestra tendencia es podar no llegar a reformas drásticas". A juicio de Inma Gascón, "la población de árboles de Palma se plantó e disposición de raíz y copa insuficiente, por ello requiere mucha tutela".

Por ejemplo, las palmeras se podan todos los años para ver que el picudo no se esconda. "Si hay niveles de riesgo, hay inspecciones de 2 a 4 años, y en los ejemplares de riesgo, la vigilancia se hace entre 3, 6 y 9 meses.

El eco alcanzado por la tala del ficus obligó a Cort a dar explicaciones precisas sobre los hechos. "El árbol no era sustituible por otro. Había podredumbre interna y una mala cicatrización, por lo que se descartó el anclaje. No es un árbol catalogado, pero sobre todo, era peligroso mantenerlo".