Estos días, con los niños ya en vacaciones escolares, los parques públicos infantiles de Palma están desiertos. Desiertos hasta bien entrada la tarde y, aún así, son pocos los valientes que con el calor se deciden a ir. Y es que de las 173 zonas infantiles públicas que hay en el municipio, se pueden contar con los dedos de las manos las que disponen de suficiente sombra.

Por regla general, los castillos de juegos de los parques están a pleno sol, a lo que se suma que la mayoría de toboganes están fabricados en acero, por lo que deslizarse por ellos es impensable en verano. El Ayuntamiento descarga la responsabilidad de su diseño en las empresas promotoras, aunque es el consistorio el que recepciona la obra. El problema es que hasta el momento se ha puesto énfasis en cumplir con la normativa de seguridad y no en hacer soportable ir al parque en pleno verano. Instalar elementos artificiales, como toldos o pérgolas, que proporcionen sombra en los parques existentes es, de momento, inviable por costoso, alegan los técnicos de Infraestructuras.

El cambio climático

"El problema fundamental es la falta de sombra, que se tendría que solucionar con árboles de hoja caduca o parrales para que en invierno permitan el paso del sol. No se puede estar en el parque de los pequeños de Son Fuster por falta de sombra en las partes centrales del día", comenta Cati Servera, madre de dos niños en edad escolar, quien también reclama más zonas infantiles en la barriada de La Soledat y Son Gotleu.

Según los técnicos del Ayuntamiento, hace años, cuando se hablaba de los efectos del cambio climático, de la subida de temperaturas, del alargamiento del verano no se cayó en la cuenta de que algo tan corriente como ir al parque con los niños sería misión imposible cuando el sol apretase. "La mayoría de zonas están en parques ya consolidados, es decir, que hace muchos años que se instalaron, hace 15 o 20 años, en su momento, con veranos más cortos, se primaba que fueran parques luminosos para ser más usados en los meses de otoño e invierno y que el verano fueran utilizados a última hora de la tarde", indican las fuentes municipales consultadas.

Pero lo cierto es que los parques más nuevos, como el de Nou Llevant, que se creó recientemente con la reurbanización de la zona, tampoco cuenta con ningún tipo de sombra en el área de juegos infantiles.

A estas alturas, con más meses de calor, el Ayuntamiento está estudiando incorporar criterios como la introducción de sombras en los pliegos de futuras contrataciones que se están elaborando, indican desde Cort.

Otras medidas sí se han ido actualizando, y en este punto los técnicos del Ayuntamiento destacan que Palma es la primera ciudad española en aplicar la normativa europea en materia de seguridad que se aplica a los parques (normas UNE), que incluye mejoras sobre cerramientos, reposición de piezas rotas y poner juegos más dinámicos, divertidos...

En cuanto a la protección contra el sol, hasta ahora, lo que se ha tenido en cuenta, según los técnicos municipales, es que hubiera sombra en forma de árboles en la zona perimetral de los juegos. Dentro, no se pueden plantar porque las raíces podrían dañar el pavimento y los mismos juegos, añaden. La alternativa de introducir elementos artificiales es muy costosa y ahora mismo no se puede afrontar, pero es una cuestión que se está estudiando de cara al futuro, informan desde Cort.

Falta de fuentes y excrementos

"Aparte de la falta de sombra, hay pocos bancos en los parques, siempre están ubicados en sitios de pocos árboles y, donde hay árboles, van los perritos a hacer sus necesidades, con lo cual los niños tampoco pueden jugar", comenta Olga Boza, vecina de Son Ferriol. En su barrio, dice, tampoco hay fuentes, ni papeleras cerca de la pista de skate -a la que lleva a su su hijo- y los toboganes, como en otros parques, están bajo el sol...

Y es que no se trata solo de que no haya sombras en las que cobijarse del sol. Los usuarios de los parques también se quejan de la falta de limpieza. "Se tendrían que eliminar los parques de arena por antihigiénicos, ya que hay excrementos de perros", se queja Cati Servera. "Y habría que ser más estrictos con el tema de los perros sueltos, sobre todo en la zona de árboles del parque de Son Gibert. Suelen ser perros peligrosos y, además, está llena de excrementos". En este mismo parque, hace años, funcionaba un bar que sigue abandonado, una instalación de la que esta vecina cree que se podría hacer un buen uso.

El parque de sa Riera es uno de los mejor valorados por las instalaciones deportivas, el gran castillo de juegos, que simula el de Bellver, y su amplitud. Sin embargo, diez años después de su inauguración, el paseo que discurre paralelo al torrente sigue siendo un páramo. En proyecto está que se convierta en el segundo pulmón verde de la ciudad y los vecinos de es Fortí han presentado a los presupuestos participativos del Ayuntamiento distintos proyectos que contemplan corredores verdes a partir de este lugar y un gran bulevar y ruta ciclista. El primer proyecto resultó seleccionado, el segundo es una de las propuestas sometidas a votación ciudadana.

Dentro de los presupuestos participativos de este año hay una propuesta para introducir elementos de sombra en una zona de juegos infantiles. Se trata de un proyecto presentado por la asociación de vecinos de Camp Redó para poner una pérgola en el parque infantil de la explanada de s'Escorxador y de momento ha pasado la primera criba. Su ejecución dependerá de si reúne los votos suficientes y del presupuesto que necesite.