Antoni Noguera va a dedicar su primera semana como alcalde de Palma "a dar apoyo a los funcionarios municipales, que son el patrimonio más importante de la ciudad, y viven un momento delicado". "El alcalde debe estar al servicio de los trabajadores del Ayuntamiento", recuerda.

Un día después de su emocionante toma de posesión, que le convierte en el primer edil soberanista de la ciudad, con la mirada puesta en sus referentes: Emili Darder, el alcalde republicano fusilado por los franquistas; el filósofo Ramon Llull y José Mújica, expresidente de Uruguay y anterior líder de los tupamaros, ha aprovechado la mañana del sábado para cuadrar agenda y sentarse con su equipo de alcaldía.

No ha pasado por alto el espinoso tema del alquiler vacacional que está convirtiendo Palma en un hotel olvidando "ser ciudad para quien la habita, la visita, bajo un plan de establecimientos turísticos como se ha hecho en Barcelona". Noguera ha manifestado que "el gran negocio de ciudad turística se ha de acabar". El alcalde no oculta seguir de cerca el modelo de Ada Colau, aunque lamenta la ignorancia general de no saber "cuántos turistas tenemos". Sí tiene claro que "el mercado no lo regula todo".

Desde su despacho, Emili Darder le mira. Ha colgado su retrato. ¿Será su guardaespaldas?