La portavoz del Grupo Municipal Popular, Marga Durán y el regidor Fernando Rubio, pidieron ayer al regidor de Movilidad Joan Ferrer que "deje de tomar el pelo a los vecinos de la calle Borguny y se siente con ellos urgentemente para consensuar todas las actuaciones relacionadas con esta vía pública que afectan a la movilidad de los vecinos de la zona".

La semana pasada, Cort probó esta nueva señalización para indicar que la calle pasa a ser peatonal. El color rosa de las líneas que delimitan la vía es el empleado para delimita ciclocalles. Los vecinos se han encontrado "de la noche a la mañana y sin ningún tipo de consenso, con unas líneas decorativas con un fuente impacto visual, que distorsiona la estética del barrio", opinan los populares.

Durán insiste en el "sinsentido" de esta medida, mientras "en el nuevo Plan General se pretende respetar las particularidades en zonas emblemáticas de Palma, y a la vez se altera de forma tan radical la estética de barrios como el de Santa Catalina".

Según la portavoz del PP "los vecinos no querían un carril bici porque invadía un espacio de propiedad privada de las comunidades", y tampoco eran partidarios, de que la calle Borguny se peatonalizara porque elimina plazas de aparcamiento y se cambia en sentido de salida de los vehículos de los estacionamientos de Industria. "Provoca un colapso en una vía muy estrecha", apuntan.