El puerto de Palma ha vivido hoy una gran jornada, debido a que han llegado seis cruceros y el megayate Yas ha estado fondeado en la Bahía durante gran parte del día después de arribar la noche anterior.

Empezando por esta última nave, es una impresionante embarcación reconstruida a partir de una antigua fragata antisubmarina holandesa denominada Piet Hein, que pertenecía a la clase Kortenaer y que, después de 17 años en servicio para la marina holandesa, en 1998 fue vendida junto a su gemela, la Abraham Crijnssen, a los Emiratos Árabes Unidos, que le puso el nombre de Al Emirat.

Después de varios años más de servicio, se decidió su reconstrucción en yate de lujo. Las obras, que comenzaron en el año 2011, fueron realizadas en Abu Dhabi. El barco, que inicialmente tenía una eslora de 130 metros, ha pasado a los 141 metros actuales, convirtiéndose en el noveno yate más largo del mundo. Volvió a navegar, como megayate, a partir del año 2015.

De sus propietarios poco se sabe, como suele ocurrir en estos casos, aunque los rumores apuntan a algún jeque de los Emiratos Árabes.

La imagen del buque ha cambiado radicalmente, con una espectacular estructura de cristal, pudiendo albergar 60 invitados, con todas las comodidades propias de este tipo de naves, incluida una pista de aterrizaje de helicópteros y una zona de almacenamiento de embarcaciones náuticas.

El yate está compuesto por dos motores diésel, que le imprimen una velocidad en servicio de 23 nudos, siendo sus dimensiones de 141 metros de eslora, y 15 de manga, con un 4.700 toneladas de registro.

Por otra parte, arribaron seis cruceros, tres de ellos habituales de cada martes: El Thomson Majesty, que tiene base en Palma, el Costa Diadema, y el MSC Orchestra, pero además llegó el Meinn Schiff 5, que también tiene base en Palma, aunque llega cada diez días; y dos buques que, pese a que son conocidos, no son excesivamente habituales, el Ventura, de la célebre naviera británica P&O, que arribó de Southampton y partió rumbo a Chania, en Creta, dentro de un crucero de 18 días por el Mediterráneo; y finalmente llegó el Queen Victoria, de la no menos famosa Cunard Line. Vino de Gibraltar y partió rumbo a Barcelona dentro de un crucero de 10 días iniciado en Southampton.

Como es habitual, el centro de Palma se vio muy concurrido con la llegada de los cruceristas, aunque muchos de ellos optaron por realizar algunas de las excursiones típicas por la isla.