La propuesta del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Palma para la rehabilitación de las viviendas del Camp Redó, conocidas popularmente como de Corea, mantendrá probablemente la tipología actual de las edificaciones con el fin de "preservar la memoria histórica del barrio", según el teniente de alcalde de Modelo de Ciudad, Anton Noguera.
El futuro alcalde de la ciudad ha asegurado que el departamento de Urbanismo ya dispone "de un borrador muy avanzado", y específico en el que se combina la cuestión de carácter urbanístico con la social, con el fin de permitir que las personas que ahora viven en estas viviendas puedan permanecer en ellas una vez rehabilitadas.
Reconoció que se trata de "una cuestión compleja", que distintos ayuntamientos han pretendido abordar en los últimos 20 años sin resultados positivos, por lo que el equipo de gobierno actual se plantea "cómo se puede hacer, con la posibilidad de incorporar la colaboración público-privada a la solución propuesta".
Para ello, se debe tener claro desde un principio "cuánto dinero deberá aportar el Ayuntamiento y en cuántos años", por lo que será necesariamente un proyecto "con consenso político y vecinal".
Según Noguera, el objetivo más inmediato en estos momentos, una vez que se haya presentado la propuesta por parte del equipo de gobierno, es conseguir "en los próximos cuatro meses, el consenso político y, a partir de ahí, buscar el vecinal".
Evidentemente, según el teniente de alcalde, la propuesta que finalmente sea aprobada no se podrá ejecutar durante un mandato, "por eso es tan importante que sea consensuada con las distintas fuerzas políticas". A su juicio, se debe aprender de lo realizado hasta el momento, con la ejecución de la rehabilitación de uno de los 26 edificios existentes en la barriada, que ha tenido un coste muy elevado y con una escasa aceptación por parte de los residentes.
A juicio del teniente de alcalde "se tendrá que realizar una buena gestión urbanística y social, que cuente con el consenso político y vecinal y que esté garantizada por una gestión económica sostenible". Cabe la posibilidad de que los edificios puedan ser derribados en lugar de rehabilitados, aunque los que les sustituyan mantendrán la tipología de los actuales, con todos los servicios completamente renovados.
La nueva propuesta también mantiene la construcción de una plaza central enmedio de la barriada con del fin de esponjar la zona, al tiempo que con toda probabilidad se cambiará el uso de algunos de los edificios con el objetivo de que puedan albergar servicios.
La plaza central ocupará el solar del denominado Bloque VIII, que ahora está en proceso de expropiación, junto con el adyacente a este inmueble, que fue derribado en el pasado mandato. No se descarta que en su subsuelo se pueda construir un aparcamiento subterráneo con el fin de paliar uno de los déficits de la barriada, consistentes en la escasez de estacionamientos. Este detalle, no obstante, está pendiente del acuerdo final que se alcance, puesto que cabe la posibilidad, si se opta por el derribo de los edificios actuales, de que los estacionamientos estén situados en el subsuelo de cada uno de ellos o de varios. En 15 de las 32 viviendas del Bloque VIII viven 56 personas que deberán ser realojadas. El coste de la expropiación se fijó en 508.900 euros, a los que hay que sumar otros 147.000 para la demolición del inmueble.
Esta actuación -la expropiación y la demolición de este bloque- va a ser probablemente la única que se pueda realizar en lo que queda de mandato, a no ser que se alcance en tiempo récord un consenso político y social sobre la solución a adoptar.
La anterior, no obstante, es una situación que es difícil que se dé, dados los antecedentes de las distintas propuestas de rehabilitación que se han planteado para este barrio. Éstas se han concretado en la creación del Consorcio Palma Segle XXI entre el Govern balear y Cort siendo presidente del Govern Jaume Matas y la popular Catalina Cirer alcaldesa de la ciudad. Se convocó un concurso en 2005 al que se presentaron dos empresas. Las dos proponían el derribo de las viviendas actuales y la construcción de nuevas a cambio de urbanizar en otras zonas de la ciudad. Después de un año de deliberaciones el concurso fue declarado desierto.
El gobierno municipal de Aina Calvo convocó en 2008 un nuevo concurso que mantenía la tipología de los edificios. Lo ganó el arquitecto Joan Cerdà al que se le adjudicó la rehabilitación de dos inmuebles de los 26 existentes, de los cuáles se ha ejecutado uno, el denominado Bloque XII.
