El paseo marítimo fue diseñado en 1944 por el ingeniero Gabriel Roca (1896-1986). El objetivo era unir la ciudad con el Dique del Oeste. El Moll de la Riba, que durante mil años había servido de refugio para las embarcaciones que traían y llevaban turistas, guerreros y mercancías resultaba insuficiente para el trasiego del siglo XX. El nuevo embarcadero tenía la ventaja de que cubría las necesidades de Palma, pero se encontraba a cinco kilómetros del centro y con la carretera de Andratx como único enlace.
En el momento de la construcción del paseo quizás alguien imaginó que se convertiría en un foco de atracción para hoteles, locales de ocio o restaurantes. Le tomaron por loco. Lo más probable es que la mayoría solo viese una carretera para camiones con mercancías.
Pronto resultó evidente que el primer paseo, inaugurado en 1957 y que solo incluía los carriles más próximos a la costa resultaba insuficiente para el creciente tráfico. Entonces, en 1962, comenzó el desdoblamiento. Por ejemplo, hoy hace 50 años que se abrió al tráfico el segundo tramo ampliado del paseo, el que estaba entre el antiguo hotel Bahía Palace y lo que hoy es el Auditorium.
Después todo fue un no parar. Continuó la ampliación, se suprimió el puente giratorio que cerca de Can Barbarà permitía la salida y entrada de buques en los astilleros, se construyeron hoteles y edificios residenciales -algunos monstruosos como el de la curva de Paraires- o el espigón para golondrinas de enfrente del Auditorium. Los yates de recreo colonizaron cada metro de muelle, las discotecas y bares se pusieron de moda, cerraron y volvieron a abrir. El paseo se llenó de gente y de tráfico.
Ahora, el Ayuntamiento de Palma pretende que al menos una parte, sea más paseo que autopista. Los precedentes obligan a ser escépticos. Cuando hace 25 años culminó la obra de la vía de cintura, Príam Villalonga, entonces presidente de la llamada Junta de Obras del Puerto, ya manejó un proyecto muy ambicioso. Solo dejaba dos carriles para abastecer al comercio y acceder a las viviendas. El plan jamás de hizo realidad. ¿Y ahora?
