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Un cruce de calles que quiere ser plaza

Un arquitecto de Pere Garau propone convertir la confluencia viaria de Guillem Moragues en un lugar más apacible

Imagen virtual de cómo quedaría parte de la plaza Guillem Moragues.

La encrucijada de Pere Garau en la que se cruzan ocho calles quiere ser una plaza con menos asfalto y más apacible para los peatones. En concreto, Guillem Moragues quiere ser "una sala de estar para el vecindario", como define su proyecto el arquitecto Tomeu Duran, que nació en la barriada del Eixample que se empieza a poner de moda entre los palmesanos. La propuesta no ha llegado al Ayuntamiento y el autor la ha hecho simplemente para mejorar esta zona de Ciutat que todavía no conoce qué es la pacificación del tráfico.

Hasta el nudo viario llegan las calles Francesc Pi i Maragall, Adrià Ferran, Gabriel Llabrés, Benet Pons i Fàbregues, Joan Bauzà, Antoni Noguera, Bartomeu Torres y Gabriel Carbonell. La idea del proyecto no es eliminar los necesarios cruces, aunque sí dar prioridad a los viandantes con una mayor superficie peatonal, "reduciendo la destinada al tránsito rodado, plantando árboles adecuados a las dimensiones del espacio, incrementando la superficie de suelo permeable y colocando bancos, ya que ahora no hay ningún lugar para sentarse en toda la plaza", detalla el autor.

De los algo más de 3.000 metros cuadrados que mide la plaza, la superficie destinada a peatones es de 744 metros, mientras que más de 2.200 es para vehículos, es decir, "solo una cuarta parte se dedica a lo que tendría que ser su uso principal: lugar de encuentro y descanso de los vecinos".

La propuesta plantea invertir "la escasa calidad del espacio" que hay ahora y convertir Guillem Moragues en "una oportunidad para el barrio de tener un nuevo espacio público de calidad". Todo ello disminuyendo las calzadas, ampliando las aceras y creando usos de esparcimiento.

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