La materia no se crea ni se destruye, se transforma. El principio de Lavoisier la cuadra a un pequeño solar de Son Espanyolet, donde tiempo a estuvieron los antiguos corrales de la posesión que da nombre a esta zona de la ciudad. Jaume Gelabert i Perelló, alentado por "una conversación de bar" con vecinos del barrio, montó un huerto en un solar municipal. Al principio estuvo prácticamente solo; hoy la semilla germina y son ya cinco las personas que conforman una idea que "va más allá que estas parcelas de tierra".

Guarda de reserva marina, Gelabert i Perelló se puso en contacto con la regidora de Ecología Neus Truyol para contarle su idea, y "pese a mostrarse muy receptiva, y apoyarnos, me dijo que aún no habían encontrado la fórmula jurídica para las cesiones de solares municipales".

Sin permiso pero con apoyo vecinal, empezó a contar con apoyos como el del estudiante de Informática y vecino del barrio, Pau Solé Ferrer. "No nos conocíamos de nada pero nuestro ideario es similar. Es un proyecto colectivo, autogestionado y asambleario", enumera. "No será tan importante lo que hagamos sino el cómo lo hagamos", añade Jaume. El huerto va más allá de la siembra. "Este es un lugar de encuentro para todos, no solo para las personas del barrio", invitan los dos.

Los primeros tomates brotan y los insectos liban de las flores del cilantro. A principios de marzo arrancó el huerto de Son Espanyolet tras desbrozar algunas parcelas. Después los de Casa Payesa les regalaron planteles. Van con calma. "Todo con mesura", repite Jaume.

Cuentan con el apoyo de los integrantes del Jardí d'Epicur, ellos sí ocupa un solar privado, pero cuentan con un amplio respaldo de los vecinos. "Nuestro proyecto es abierto, pero en el solar hay normas", señalan Pau y Jaume.

La próxima semana van a celebrar una trobada. "Será una pequeña jornada de trabajo para ver qué tenemos en común. La primera asamblea que tuvimos vino un señor al que le gustó el proyecto. Escucharle fue muy interesante", opinan ambos.

Los frutos recogidos son de consumo propio. En unas semanas, van a preparar una "tramponada; todo lo que se haga aquí ha de ser en beneficio del vecindario", insisten.

Precisamente, en uno de los barrios donde se está produciendo más casos de gentrificación (los vecinos se ven obligados a abandonar las casas donde han vivido siempe debido a la subida astronómica de los alquileres, la especulación), este huerto incide en que lo colectivo es posible gracias al trabajo en común. El que quiera saber más, están en Facebook como Hort Urbà Son Espanyolet.