Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Palma a Palma

El tiempo intermedio

¿Qué pasa cuando pasa el tiempo? ¿Es igual un tiempo a otro? He aquí una diferenciación que pocas veces nos planteamos...

El tiempo intermedio

¿Qué pasa cuando pasa el tiempo? ¿Es igual un tiempo a otro? He aquí una diferenciación que pocas veces nos planteamos. Pero que tiene su importancia. Porque para nosotros tiempo es, por ejemplo, el período en que estamos haciendo algo. Un encuentro, un trabajo, un concierto. Aquí tenemos claro que vivimos una secuencia temporal con una finalidad, una intensidad, un destino.

Pero a veces cogemos el tren, o el autobús, el avión o el barco. Y entonces el tiempo se convierte en otra cosa. Porque no hay una finalidad central, sino de tránsito. En realidad estamos pendientes del lugar de donde salimos y de aquél a donde vamos. Para nosotros el intermedio es un tiempo muerto.

Sin embargo, esos tiempos intermedios tienen sus características. Se llenan de accesorios psíquicos: recuerdos, ensoñaciones, pequeñas siestas, introspecciones. Y de repente aparece un tiempo distinto. Que no es tan lineal, sino vertical. Que no está tan pendiente de lo finalista, del objetivo. Sino que es un objetivo en sí mismo.

Las ciudades ignoran cada vez más el valor de ese tiempo intermedio. Vas por la calle y todo está intentando llenarte de contenidos. Distraerte, convencerte, darte instrucciones. Incluso el antiguo arte del cafetito en el casino, con la mirada perdida en la pecera que da a la calle, ha desaparecido. Ahora todo son televisiones enormes, músicas. Incluso en la cola del banco te intentan vender seguros o vajillas, rentabilizar hasta el último segundo de tu tiempo.

Craso error. Si hacemos un balance de la historia de la Humanidad descubriremos que muchos descubrimientos científicos, muchas intuiciones geniales, muchas creaciones artísticas, han nacido de ese tiempo intermedio. Tiempo muerto, decimos ahora. Cuando las civilizaciones no tenían prisa y el tiempo no valía nada, las cosas se hacían de otra manera. La gente, en cierto modo, era más rica en tiempo.

Ahora vivimos la tragedia de la muerte del tiempo muerto.

Compartir el artículo

stats