La disolución del consorcio de la Platja de Palma, anunciada en el Parlament por el vicepresidente del Govern y conseller de Turismo, Gabriel Barceló, no supondrá cambios urbanísticos en la zona turística.

El Plan Especial de Reforma Interior (PRI) aprobado definitivamente en abril de 2015, poco antes de las pasadas elecciones municipales y autonómicas tras años de tramitación, continuará plenamente en vigor, tal como confirmó el teniente de alcalde de Modelo de Ciudad, Antoni Noguera.

Si bien la disolución del consorcio, integrado por el Gobierno central, el Govern, el Consell de Mallorca y los ayuntamientos de Palma y Llucmajor no es una cuestión inmediata, Noguera explicó que la Ley del Suelo autonómica establecerá la posibilidad de que Palma y Llucmajor recuperen las competencias de planeamiento urbanístico cedidas al Consorcio por exigencia del Gobierno central cuando se creó este organismo que debía modernizar estas dos zonas turísticas maduras.

El Ayuntamiento de Palma, según Noguera, solicitará esta devolución, aunque de forma inmediata continuará con el planeamiento previsto en el PRI.

De esta forma, se mantiene la reducción del 40% de la población en la zona turística en relación al planeamiento municipal de 1998. Esta reducción de la población prevista, no obstante, no se obtenía mediante la desclasificación de suelos urbanos o urbanizables, sino con el mantenimiento la volumetría tradicional en los núcleos de población existentes.

De esta forma, mientras el Plan General de 1998 permitía la sustitución de las edificaciones tradicionales de planta baja y un piso de los núcleos de s´Arenal y Can Pastilla, entre otros, por otras de cuatro plantas, el PRI las mantiene. Así, los 66.134 habitantes previstos en los planeamientos en vigor, pasan a 38.111, lo que supone la reducción del 40% indicado anteriormente. Paralelamente, el número de viviendas se reduce de 22.045 a 14.302.

El nuevo planeamiento urbanístico aprobado en 2015 afecta a 992 hectáreas de s´Arenal de Palma y Llucmajor. Prevé un crecimiento de suelo urbano importante, ya que pasa de las 444 hectáreas actuales a las 533 previstas, mientras que el suelo urbanizable previsto en los planeamientos municipales anteriores se reduce de 239 hectáreas a las 125 incluidas en el PRI.

También contempla el incremento de suelo rústico en 24 hectáreas debido a la desclasificación de algún sector considerado hasta el momento como urbanizable. De esta forma, este tipo de suelo pasó a ser de 333 hectáreas frente a las 309 del planeamiento anterior.

Mismas plazas hoteleras

El plan no suponía introducir grandes variaciones en cuanto al número de plazas hoteleras existentes frente a las previstas ya que se mantienen en torno a las 40.000. No obstante, se establecen una serie de incentivos urbanísticos con el fin de favorecer el incremento de la calidad de la oferta hotelera.

El PRI prevé que, en un futuro, el 60% de la oferta hotelera sea de 4 estrellas, el 30% de tres y el 10% de cinco. Cuando se aprobó el plan la mayoría de hoteles eran de tres estrellas con una considerable presencia de establecimientos de una y de dos.

El plan permite asimismo los denominados hoteles de ciudad, aunque éstos solo se pueden autorizar en solares que sean de uso hotelero. Esta última condición fue impuesta por el Consell de Mallorca, en una de las 80 prescripciones con las que se aprobó definitivamente el plan general con el fin de que no se cambie el modelo turístico por esta vía. Asimismo, los nuevos hoteles denominados de ciudad, que no tienen que cumplir las ratios de metros cuadrados por plaza que se exigen y deberán ser, como mínimo, de cuatro estrellas.

El Plan preveía una inversión global de 469 millones, de los cuáles 365 procedían de la iniciativa privada y menos de una cuarta parte (104) de las distintas administraciones públicas con el fin de mejorar las infraestructuras de la zona.

También contemplaba tres grandes zonas de oferta complementaria situadas en Torre Rodona, ses Fontanelles y Son Fangos.