El Ayuntamiento de Palma, a través de su Oficina Antidesahucios, ha alcanzado un acuerdo con el BBVA para que paralice el lanzamiento de Pilar Rodríguez de su casa del barrio de Corea. La suspensión del desahucio es por tiempo "indefinido", según afirmaron ayer fuentes municipales, por lo que la mujer podrá seguir en la vivienda con su nuera y sus dos nietas hasta que encuentren otro inmueble en el que residir.

Pilar Rodríguez, de 60 años, alquiló la vivienda a un hombre por doscientos euros al mes hace cinco años sin saber que sobre la casa ya pesaba una orden judicial de desahucio.

La Oficina Antidesahucios de Cort trató de convencer al BBVA de que aceptara cobrar a la mujer un alquiler social. Finalmente la entidad financiera ha decidido dar carpetazo al proceso judicial que tenía abierto y permitir que la familia siga en la casa, de 28 metros cuadrados.

Pilar Rodríguez, que recientemente ha sido operada de un cáncer, puede respirar después de meses con una orden de desahucio sobre la mesa. "Si nos echan pegaré una patada a otra puerta y nos meteremos de 'okupas'. Iremos a la casa más grande que tenga el Ayuntamiento, lo digo así de claro. Yo quiero pagar y lucho para que el banco me ponga un alquiler social. ¿Se cree que me gusta que llame la Policía a mi puerta? A mí me gusta estar como todo el mundo. Quiero pagar y tener un contrato. He tenido que luchar hasta para que nos empadronaran, y eso que he vivido en Corea toda la vida", explicó la mujer a este diario el pasado día 12.

"Llegas a fin de mes muy justo, pero nadie pasa hambre. Las niñas comen, cenan y se visten. Y si tienen excursiones en el colegio también van, hacemos lo que sea para pagarlas", indicó esta mallorquina de adopción sobre sus nietas de 3 y 10 años.