Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Palma a Palma

Telefonía caminante

Telefonía caminante

El móvil ha cambiado tantas cosas que se necesitaría una enciclopedia para sistematizar su influencia en nuestra vida urbana. Desde la manera de andar, hablando o consultando mensajes. Que hace tropezar a los peatones, o les expone a los peligros de cruzar por el paso de cebra sin reparar en los peligros. A la consulta constante del ingenio, para ver la hora, el tiempo o los mensajes.

Eso para no hablar de esas conversaciones a voz en grito, como si el parlante estuviera aislado por una burbuja hermética. Que no lo está. Y así nos enteramos de miles de cosas ajenas, a veces bien íntimas. Negocios, rupturas de pareja, peleas. A veces, la calle se convierte en una especie de mercado persa. Cacofónico y global.

Luego tenemos los diferentes modos de hablar mientras se camina. Ultimamente se estila colocarse los móviles no en vertical, como se suele hacer y apoyados en la oreja y la mejilla. Sino en ponerlos de forma horizontal, apoyados en el oído por un lado y con el otro hacia el vacío.

La imagen que se crea con ello es bastante insólita. Parece como si los que hablan se hubieran sacado unas antenas tipo insecto. O unas grandes orejas paquidérmicas. Caminan con el móvil como si fuese un accesorio de la cabeza. Un añadido. Un radar abierto a las señales que llegan del universo.

Son muchos los que tienen prevención hacia las radiaciones de estos aparatos. Hace años era corriente que los usuarios hablaran a una cierta distancia, como si aquello no fuera con el teléfono. Otros lo han solucionado con los manos libres, que permiten llevar una actividad normal mientras se habla. El único problema es que todos parecen orates en pleno delirio hasta que no ves los auriculares. A no ser que sean de esos de pinza en la oreja que suenan un poco a RoboCop.

Actitudes más tradicionales o futuristas. Pero que nos hacen pensar en que hace treinta años la gente caminaba por la calle o hablando sola o charlando con otro humano. Sin más conexión que la puramente biológica.

Algo que a una persona de nuestros días le puede parecer increíble. "¿Ir por la calle sin hablar o chatear? ¡Vaya rollo!".

Compartir el artículo

stats