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Opinión

El problema de Noguera está en Cultura

Con la ilusión que le hace a Antoni Noguera, actual teniente de alcalde de Urbanismo y Modelo de Ciudad, su subida a los altares de la alcaldía en Cort, hay que tener mucha maldad e inquina para ponerle piedras en ese triunfante camino, un relevo cada vez más cercano y para el que el propio interesado ya busca referencias históricas grandilocuentes, citas para el almanaque. "80 años después, Palma volverá a tener un alcalde republicano", avanzó el lunes en la ermita de Campanet, en el acto en el que su partido celebró la festividad del 1 de Mayo. Pero con el panorama que tiene el PP de Cort en sus propias filas, con el concejal Álvaro Gijón imputado y acusado de seis delitos, Noguera puede permitirse esa y otras licencias que alguien podría juzgar como fuera de lugar, pues un alcalde republicano no es un alcalde de ideología republicana en una monarquía parlamentaria, aunque la aceptación de la forma de Estado sea por imperativo legal y hasta el advenimiento de la Tercera República. Hasta el momento, Noguera ni está imputado ni la fiscalía Anticorrupción ha solicitado medidas cautelares de ningún tipo contra él por los contratos adjudicados a dedo al jefe de campaña de Més, aunque todo puede cambiar antes de que se produzca el relevo en la alcaldía.

Lo que debería preocupar más a Antoni Noguera es la penosa gestión de la superpoblada área de Cultura de Cort, donde hasta ahora hay más cargos que resultados palpables y donde cada nueva gestión se convierte en motivo de polémica. Ese despropósito continuado en el tiempo le pesará como una losa si llega a la alcaldía y sigue de brazos cruzados.

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