Solo dos de cada cinco viviendas existentes en la ciudad (un 40% del total) disponen de contador individual de agua potable. Lo anterior es una de las condiciones impuestas en el anteproyecto de Ley Turística, aprobada la semana pasada por el Govern balear, a la espera de su tramitación parlamentaria para que una vivienda situada en un edificio plurifamiliar pueda destinarse al alquiler turístico.
Además de disponer de contador individual de agua potable, el propietario que quiera destinar su piso al arrendamiento vacacional deberá contar con la aprobación de la comunidad de propietarios, tener una antigüedad acreditada de un mínimo de cinco años y que la finca no sea de protección oficial, entre otros requisitos.
Según fuentes de Emaya, en estos momentos la empresa puede instalar contadores individuales en todas las zonas de la ciudad. No existen problemas de presión o en las canalizaciones que hace años impedían, en determinadas zonas, sustituir el contador comunitario por otros individuales.
No obstante, advierten que, en algunos casos, y en especial en comunidades antigüas, se dan problemas de presión internos que deben ser solucionados primero por sus propietarios antes de proceder al cambio de contadores. Lo anterior requiere, a veces, importantes obras de reforma que no todas las comunidades de propietarios pueden asumir.
Más comunitarios
Según datos de 2015, que son los últimos que dispone Emaya sobre esta cuestión, en Palma hay 9.891 contadores de agua potable comunitarios, que dan servicio a 102.000 viviendas y 68.085 individuales. Por ello, de las 170.000 viviendas que, según la empresa disponen de agua potable, solo en el 40% se mide el volumen que se les suministra de forma individual.
La factura del resto continúa llegando a las comunidades de propietarios quienes, después, distribuyen las cargas en función de distintos parámetros como el de la cuota de propiedad.
Si bien el número de contadores individuales no ha dejado de crecer en los últimos años, y en estos momentos prácticamente hay el doble que los que se contabilizaban en 1991, aún existe una clara superioridad de los comunitarios.
De hecho, en 1991 había 32.609 contadores individuales, en 2001 su número apenas había subido, puesto que se contabilizaron 39.609, aunque una década después, en 2011, se dio un salto cuantitativo importante ya que había instalados 62.488.
Entre 2011 y 2015, el último sobre el que Emaya dispone de datos, el incremento también ha sido notable ya que se contabilizaron 68.085, lo que supone un aumento del 8,9% en relación a 2011. Por contra, a partir de 2004, el número de contadores comunitarios comienza a decrecer.
Medida de ahorro
Cabe recordar que en estos momentos los edificios residenciales de nueva construcción están obligados a disponer de contadores de suministro de agua por separado, al igual que de energía, hecho que ha contribuido notablemente a su incremento.
Conscientes de que la instalación de contadores individuales es una buena medida para incentivar el ahorro de agua potable, uno de los objetivos de la concejalía de Medio Ambiente es precisamente el de impulsar la instalación de contadores individuales.
A la espera de la materialización de un programa específico para incentivar la sustitución de los medidores comunitarios por individuales, se mantiene el programa de financiación a dos años del cambio de contadores. Según la empresa, esta sustititución tiene un coste cuya media oscila entre los 700 y los 1.500 euros por propietario.
Para proceder a iniciar las gestiones para el cambio no es necesario que instalen contadores individuales todos los vecinos del inmueble ni contar con el acuerdo unánime de la comunidad de propietarios. Se pueden separar del sistema comunitario los vecinos que quieran.
