El hotel anexo al Palacio de Congresos, el Meliá Palma Bay, inició ayer de manera discreta, sin clientes, su andadura. El personal del hotel fue el encargado de esta soft opening o "campo de pruebas", como indicaron desde el grupo hotelero.

Nueve años -y tres legislaturas- después de que se colocase la primera piedra, en abril de 2008 cuando se preveía que las obras durasen hasta 2011, se abrió el hotel que ya tiene un total de 14 convocatorias programadas en el calendario de este año. El primer congreso, el de Microinmunoterapia, será del 18 al 20 de mayo.

Las obras, que se detuvieron varias veces, por distintas desavenencias entre la constructora y las administraciones se terminaron el 24 de febrero de 2016. Cuenta con 6.365 metros cuadrados de superficie y capacidad para albergar hasta 3.100 personas y cuenta con una sala magna de 970 metros cuadrados. El hotel anexo dispone de 268 habitaciones, bar, restaurante, spa, salas de reuniones y piscina.

Por parte de la compañía, y en palabras del vicepresidente y consejero delegado de la compañía, Gabriel Escarrer, se espera que sea "el mejor Palacio de Congresos del Mediterráneo" ya que considera que cuenta con potencial para incluir a Palma entre los 50 destinos más demandados.