Un grupo de bomberos han protestado en el pleno de Cort con el torso desnudo para llamar la atención por las condiciones laborales en las que se ven obligados a trabajar.

Con el lema "bombers cremats" que lucían en la espalda escucharon la intervención del sindicalista Pedro Castro, de CC OO, quien ha exigido la dimisión de las concejalas de la Función Pública, Aurora Jhardí, y de la de Seguridad Ciudadana, Angélica Pastor.

La protesta se produce después de que los funcionarios municipales no hayan podido cobrar en la nómina de este mes el complemento de productividad ni parte del kilometraje, tras el informe desfavorable realizado por la exjefa del departamento de Personal.

Lo anterior ha supuesto que los empleados municipales en su conjunto han dejado de cobrar una cantidad global de dos millones. El equipo de gobierno se ha comprometido a solventrar esta situación, que se arrastra desde 2010 cuatro antes.

Jhardi, que actúa hoy como alcalde accidental al encontrarse su titular, José Hila, participando en Estrasburgo en un comité de regiones europeas, quiso parar el pleno para que Castro pudiera continuar con su intervención, algo a lo que el sindicalista se opuso exigiendo "una solución" como condición para abandonar la sesión.

Después de unos diez minutos de tira y afloja entre el sindicalista y la presidenta de la sesión, con gritos de los presentes exigiendo la dimisión de Jhardi y de Pastor, los manifestantes han abandonado el salón permitiendo que la sesión plenaria continúe con normalidad. El grupo de bomberos manifestante continuó presente en el pleno nuevamente vestido, mientras sus compañeros continúan su protesta en el zaguán.

El representante del colectivo de bomberos, Juana González, han manifestado que su presencia en la sesión se debe a la necesidad de "expresar todo el malestar que ha provocado dos años de falsas promesas, y para recordaros la completa desatención que tenéis con nuestro servicio, y lo que supone esto para la ciudadanía".

Ha proseguido diciendo que "el área de Seguridad Ciudadana está gobernada con mano firme y justiciera, con una política de actitud implacable e incendiaria, que no admite réplica ni oposición, algo más propio de viejas autarquías, o nuevas políticas norteamericanas".

Lo anterior, a juicio de este portavoz, "provoca que el desconocimiento de la materia, junto a la marginación de los técnicos y el despreció hacia la voz de los trabajadores, haga de esto un cóctel incendiario".