Puede que más de uno considere un aburrimiento consultar legajos repletos de cuestiones que aparentemente no despiertan ningún interés. El arreglo de un bordillo, el permiso de obras en tal calle, el pago de unas facturas, la jubilación de unos funcionarios... pero entre asuntos que hoy podríamos considerar menores, las actas municipales de los plenos de Palma que se han digitalizado y están al alcance de todos atesoran joyas, reflejan momentos históricos y constatan el papel que jugaron personajes ilustres, muchos de sobra conocidos, pero otros tantos solo nos suenan porque hoy día dan nombre a alguna calle de la ciudad.

De momento, las actas digitalizadas corresponden a los años comprendidos entre 1836 y 1936 y permiten constatar que la corrupción ha existido casi siempre, pero hubo una época en que el saqueo a las arcas públicas tenía que ver con irregularidades en el marcado y aforamiento de manteca. Sí, y se castigaba...

Un ejemplo es el del funcionario Rafael Jaume Palmer, jefe de personal de resguardo de carnes, volatería y alcoholes, que fue expedientado por faltas graves: un fraude probado de 8.727 kilos de manteca. El caso se debatió, con bastante polémica, el 3 de julio de 1936. El pleno aprobó su destitución y pasar el expediente a los tribunales por si cabía responsabilidad criminal... Pero cuando todos los presentes, con el alcalde Emili Darder presidiendo la reunión, ya daban por finiquitado el asunto, ´saltó´ el secretario cuestionando la validez de lo acordado debido a la falta de concejales... El debate político, en el que el público protesta y obliga al alcalde a pedir respeto, según el acta correspondiente, llega al extremo de que el concejal Ignasi Ferretjans reclama cumplir lo acordado y exige la destitución de todos los concejales que se ausentan en las sesiones. "Y si no conseguimos esto, después dimitir los concejales que actualmente ocupamos estos puestos, porque no queremos nosotros tener en la casa y que cobren de la caja municipal individuos como el del expediente", afirmó el regidor.

El asunto no se llega a retomar en las siguientes sesiones, el golpe militar que daría inicio a la Guerra Civil dio un vuelco al Ayuntamiento. El acta correspondiente al 21 de julio de ese año da cuenta del nombramiento de un nuevo alcalde, Mateo Zaforteza, nombrado por orden del entonces comandante militar de Balears. Días después, se constituye una gestora y se informa del escrito del hermano de Emili Darder, el ex alcalde está en cama tras sufrir una angina de pecho y con la recomendación del doctor Sureda i Blanes de guardar reposo...

Protagonistas de la historia

Margalida Rosselló, archivera municipal, remarca la importancia de este acta: "Aparecen personajes y apellidos conocidos y relevantes en la historia de la ciudad". Sin embargo, esta experta no puede destacar hechos concretos: "Esto es la historia del Ayuntamiento, todos los hechos son importantes", dice.

La digitalización de un siglo de sesiones municipales fue posible gracias a un proyecto de la UIB, del Grupo de trabajo del departamento de Ciencias Históricas y teoría de las Artes, dirigido por Isabel Moll Blanes. Su investigación estaba centrada en la reforma sanitaria y administración municipal en el ámbito urbano español, y en concreto, en Palma entre los años 1855 y 1923. Los investigadores contaban con financiación del ministerio de Economía suficiente para digitalizar las actas de esos años y más, así que Moll Blanes propuso digitalizar desde 1836 a 1936 y entregar una copia al Arxiu Municipal para que estuviera a disposición de toda la sociedad.

El historiador Pere Salas Vives formó parte del grupo investigador. Comenta que, después de haber trabajado con actas municipales de la part forana, necesitaban las de un centro urbano importante. De ese estudio, recuerda Salas, se constató que Palma era una ciudad que crecía, pero "con muchos problemas de acomodación de la población dentro de la muralla".

Proyectos y fracasos

En el periodo estudiado, uno de los temas significativos, pero a la vez un gran fracaso, fue el proyecto de construir una red de agua casa por casa en Palma. "Necesitaban un caudal de agua suficientemente importante y no lo tenían, y las obras eran costosísimas. En este sentido, otros pueblos le iban por delante", destaca el historiador.

Para Salas, las actas, aunque sólo ofrecen la visión oficial de la historia, permiten saber quienes eran las familias que ostentaban el poder local, qué tipo de cuestiones eran objecto de la política y quiénes eran los afectados.

Pere Salas recuerda que del estudio de las actas comprobó que la corrupción en la policía local surgió casi desde la creación de este cuerpo, a mediados del s.XIX.

Junto con antiguas licencias de obras, las actas son "muy consultadas", sobre todo por investigadores. "Es una fuente fundamental de información de la historia de la ciudad", afirma Rosselló.

El archivo municipal, situado en el edificio de Can Bordils, en la calle Almudaina, dispone de una sala de consultas, visitada no sólo por historiadores e investigadores, sino por arqueólogos en busca de antiguas licencias de obra que les ayuden a documentar los expedientes sobre antiguos edificios de Palma, inmuebles que ahora se quieren reconvertir en hoteles, indica la archivera. También acuden propietarios de fincas que han de pasar la inspección técnica. Este año le toca a los edificios construidos en 1967, "por lo que la gente necesita encontrar planos antiguos", añade Rosselló.

Los documentos originales que atesora el archivo se guardan en cuatro plantas del también histórico edificio de Can Bordils, en estanterías móviles y a baja temperatura, controlando el porcentaje de humedad.

Zertifika, una empresa especializada en este tipo de trabajos, realizó las digitalizaciones de las actas municipales y el archivo dirigido por Margalida Rosselló pudo disponer de ellas hace un año. Varios ordenadores de la sala de consultas tenían, y tienen todavía, instalados estos archivos, de 25 gigas. "Como era una información muy demandada y ya que las actas actuales estaban colgadas, se pensó en publicarlas en la web", explica la archivera. El archivo lo propuso al área de Cultura de Cort, a la Secretaría General y al IMI. A finales del pasado febrero, la web del Ayuntamiento ya permitía acceder al material a través de palmacultura.cat.

Las primeras actas de Cort datan de 1718 y Rosselló comenta que se quiere digitalizar el periodo comprendido entre ese año y 1835, para después afrontar otro que abarcaría desde 1937 hasta el año de la muerte de Franco. Pero todos estos proyectos, que preservarían aun más la historia municipal, como casi siempre, dependen de los presupuestos.