Otra muesca en el mapa de los establecimientos emblemáticos cerrados. Parada obligada en la ruta del Modernismo en Palma, el centenario Forn des Teatre dice adiós. Con "una gran tristeza", su último inquilino entregó ayer las llaves a los representantes de la propiedad. El horno de principios del siglo XX situado en la plaza Weyler 9, en una de las zonas más frecuentadas por los turistas, es uno de los numerosos negocios históricos de Ciutat que ha sufrido las consecuencias de la Ley de arrendamientos antiguos.

Al hornero, Francesc Calafell, le hubiese gustado continuar o que lo hiciesen sus hijos, aunque el dueño del local tiene pensado otro futuro, que "todavía no está decidido", según afirma Albert Shuhaibar Ticoulat.

Son miles los "estudiantes de colegios de toda Mallorca que se detienen en la entrada del horno para escuchar las explicaciones de sus profesores" sobre el Art Nouveau, recuerda Calafell, ya que el establecimiento "configura un interesante testimonio del Modernismo de raíz catalana aplicado a la decoración exterior de un local comercial", como se lee en el libro Itineraris pel centre històric de Palma, del historiador Gaspar Valero. Prosigue diciendo que estos negocios "dedicados a pequeños comercios fueron un importante campo de creación para el arte modernista, tanto en exteriores como en interiores".

Fachada protegida

De hecho, la sobrefachada del Forn des Teatre está protegida "por su valor estilístico Art Nouveau, su realización artesanal en madera y debido a que constituye un hecho referencial, siendo al mismo tiempo uno de los pocos elementos decorativos del estilo modernista" en Palma, tal como especifica el catálogo municipal de edificios y elementos de interés histórico, artístico, arquitectónico y paisajístico. Además del portal de la entrada, se debe proteger el escaparate contiguo. El último morador espera "que se conserve toda la fachada, que no se cambie nada. Es un símbolo de Palma y no hay turista que no la fotografíe", señala. Pese a su catalogación, él y la asociación proteccionista ARCA lamentan que "no sería la primera vez" que un comercio de dichas características y valores pierde sus elementos de interés, como por ejemplo la antigua bombonería Can Frasquet.

El horno se halla en un edificio del siglo XIX, aunque el portal fue reformado en 1916 por el primer hornero, Jaume Alemany, según indica Valero en su guía, quien destaca el dragón alado dorado en la parte superior y la "expresiva ornamientación" del conjunto, con los característicos elementos vegetales, las ondulaciones y los motivos epigráficos del estilo Art Nouveau. El interior, que no está protegido, tenía algunos muebles de los inicios del establecimiento, entre ellos unos expositores, y en aquella época había en el sótano un horno de leña para el pan y tres obradores de repostería.

Ensaimadas en avión

De marzo de 1920 es una crónica sobre el primer correo aéreo entre Mallorca y Barcelona, y en ella se relata que el hidroavión Hereter Savoia realizó su primer servicio con mensajes, periódicos, cartas y ensaimadas del Forn des Teatre. Las anécdotas del horno ubicado frente al Gran Hotel se suceden, como cuando los protagonistas de la serie de los 80 Falcon Crest se detuvieron ante su escaparate o cuando la reconocida revista de viajes National Geographic tituló 'Las puertas del paraíso' una foto de la fachada del comercio. Desde luego, era la gloria para los miles de palmesanos y visitantes que disfrutaban con sus dulces, como los famosos gatós. En el incierto futuro del local, debe permanecer la puerta, pero no el paraíso.