Las obras de Dalt Murada van camino de durar más que la construcción de todo el conjunto proyectado por El Fratín, que solo necesitó 48 años. Los primeros esbozos para la rehabilitación datan de 1983. El 15 de abril de 1991 se inaugura el tramo de ses Voltes a partir del plan de Elías Torres. El miércoles, 34 años después, se presenta una porción de los trabajos realizados en el Baluard del Príncep, pero Fomento ya advierte de que no habrá dinero en los próximos presupuestos para rehabilitar el antiguo foso y el puente de la Porta des Camp.
No le quepa la menor duda de que si el imponente conjunto monumental estuviera en Madrid, haría décadas que el Gobierno hubiera considerado prioritaria su recuperación. Allí se construyen autopistas radiales con capital privado, pero como nadie las usa condenan a todos los españoles a pagar las pérdidas de las empresas concesionarias.
El Baluard del Príncep no tiene fecha de conclusión de las obras. Si algún día llegan a su fin, aún quedará pendiente el tramo que va desde s'Hort del Rei hasta ses Voltes. Es probable que muchos de nosotros no veamos las murallas rehabilitadas en su totalidad.
Desde el inicio de los trabajos se han tenido que superar numerosos obstáculos. Desde las campañas de Pere Serra contra el proyecto porque estaba en guerra con el alcalde Ramón Aguiló, hasta los noes de la timorata comisión de Patrimonio del Consell, especializada en poner palos a las ruedas, pero incapaz de formular aportaciones positivas. La obra de Elías Torres, respetuosa con el monumento, exquisita en los detalles y pulcra en la ejecución, ha sido alabada por grandes arquitectos como Norman Foster, vilipendiada por unos pocos pueblerinos y relegada por autoridades que deberían liderar el proyecto.
Por eso hoy no nos podemos alegrar por la inauguración de un pequeño segmento del Baluard del Príncep. Lo que corresponde es vilipendiar al ayuntamiento por la deficiente conservación de los tramos ya restaurados y tachar de ignorante al Ministerio por demorar la continuación de los trabajos.
