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Opinión

La fiebre del oro, mil euros al mes

En la fiebre del oro, los agricultores abandonaban sus hogares y vivían en carromatos para mejorar su fortuna. Los mallorquines también se resignan a vivir en precario, para extraer pepitas doradas de los extranjeros que se doran la piel en sus domicilios. Es un proceso de desarraigo interno sin precedentes. Según es habitual en los bailes de sillas, no hay asiento para todos los participantes. Aquí interviene Cort.

En una isla con inflación de viviendas, el ayuntamiento de Palma debería encontrarse con un superávit de pisos vacíos para colocar a precios moderados que no baratos, en cuanto que rondan el salario mínimo. Sin embargo, la demanda de alquileres supera a la oferta, porque la lechera ha dicho a los palmesanos que pueden obtener hasta tres mil euros mensuales si arriendan sus casas por días. Y se instalan en un carromato.

Si Cort es incapaz de lograr alquileres asequibles, usted puede desistir de intentarlo. Mil euros al mes se ha convertido en el listón más frecuente. Cuando las tablas municipales asignan un piso de quinientos euros mensuales a quien ingresa 1.600, el ayuntamiento reconoce que ganar tres mil euros resulta indispensable para residir en la isla sin apreturas o sin herencias. Y sin comentarios. Antoni Noguera asegura que lo solucionará en cuanto Palma vuelva a disponer de alcalde este verano. Mejor que consulte antes a las bases de Més, presuntas arrendatarias antes que buscadoras de pisos a precio racional.

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