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Futuro incierto

50 años del pueblo español: de atracción turística a residencial de lujo

La empresa propietaria plantea nuevos usos para el complejo arquitectónico ?Los vecinos temen que se destine a alquiler vacacional

Mucho antes de que se proyectara el Palacio de Congresos en Palma, alguien ya tuvo la idea de construir un gran complejo con espacio suficiente para acoger grandes eventos y, a la vez, ser un foco de atracción turística. Hace cincuenta años, se inauguraba por todo lo alto el Pueblo Español. Durante algún tiempo, autocares de turistas llegaban a diario para visitarlo. Incluso se planteó la idea de construir un hotel y unirlo a la infraestructura existente con un puente... Hoy, esta macroinfraestructura afronta un futuro incierto. La empresa propietaria, vinculada a Matthias Kühn, quiere habilitar viviendas de lujo, aunque la propuesta todavía no ha sido analizada por el Ayuntamiento de Palma.

Norma Duval, directora general del Pueblo Español, insiste en que hay que darle un nuevo uso al complejo, de unos 24.000 metros cuadrados. Actualmente, este lugar acoge mercadillos, ferias outlet, como la que organiza la propia exvedette en mayo, y algún congreso, pero no es suficiente para afrontar los gastos de personal, mantenimiento ni el pago del IBI, asegura Duval. A ella le gustaría poder organizar ferias temáticas dedicadas a diferentes países y regiones, donde la gastronomía tenga protagonismo, pero, comenta, se topa con "limitaciones enormes". Son las que le han impedido celebrar galas de drag queens como las que se organizan en Canarias, traer musicales o El Club de la Comedia, enumera.

Desde hace un año, Duval es la cara visible de la empresa propietaria del complejo, Domus. "Lo estamos cuidando mucho, lo hemos limpiado, arreglado y me gustaría que la gente viniera a verlo, porque vale la pena", insiste.

Cambio de actividad

La directora rehuye hablar de la posibilidad de habilitar viviendas de lujo en su interior, dice desconocer el proyecto, aunque se muestra de acuerdo en que hay que darle "ese o cualquier otro uso", y más con la inminente apertura del Palacio de Congresos, que atraerá todas las convenciones que hasta ahora acogía el Pueblo Español.

Fuentes del Ayuntamiento de Palma han confirmado que se ha recibido la propuesta para un cambio de uso del complejo y permitir viviendas, aunque "no se ha analizado". Su viabilidad dependerá, básicamente, del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que será aprobado el próximo año. Hasta entonces, el proyecto está a la espera.

Los vecinos de la zona también conocen esta propuesta y en el último consejo de barrio, hace unas dos semanas, obtuvieron el compromiso del alcalde, José Hila, de que se tendrá en cuenta su opinión para autorizar un cambio de uso del 'pueblo'.

A los residentes les preocupa que estas viviendas se destinen al alquiler vacacional, o que parte del Pueblo Español se transforme en un hotel y que se pierda "la esencia del barrio", según explica Margarita García Coll, presidenta de la Associació de Veïns Son Espanyolet-Son Cotoneret. "No es lo mismo estar de paso que vivir", añade García sobre sus recelos.

En estos momentos, el Pueblo Español está considerado un espacio de usos socioculturales, excluyendo cualquier actividad que no responda a esta definición. Pero, además, el plan urbanístico vigente, en su artículo 182, prohíbe las actividades musicales para evitar ruidos y vibraciones. Con la normativa actual, difícilmente podría salir adelante el Pueblo Español que abrió sus puertas en 1967, después de dos años de obras y más de 2.000 personas trabajando en él.

Cincuenta años atrás

El "todo Palma", según recogen las crónicas de aquella época, acudió a la inauguración del pueblo Español, el 9 de marzo de 1967. El obispo de Mallorca bendecía este conjunto arquitectónico, obra de Fernando Chueca Goitia, el mismo arquitecto que acabó la catedral de La Almudena y quien llevó a cabo la ampliación del museo del Prado. La promotora fue Conextur S.A., de Juan Calvo, quien recibió financiación de empresarios y del propio Gobierno franquista, concretamente de la Secretaría de Turismo, ya que la obra debía ser un foco de atracción de turistas y congresos.

Y lo fue durante algunos años. Visitantes y residentes se acercaban a ver este compendio de monumentos de la arquitectura española construidos a escala y repartidos por15 calles y 12 plazas. La idea era recorrer España sin salir del recinto.

Margarita García era muy pequeña cuando abrió sus puertas el Pueblo Español, pero recuerda ver los autocares repletos de turistas. "Era un lugar emblemático y de referencia, tanto para los visitantes como para los residentes", asegura. García se refiere a la época en que el complejo contaba con restaurantes, tiendas de souvenirs, artesanos que trabajaban dentro mostrando su oficio, espectáculos, un tablao flamenco... Pero esa época de bonanza fue cambiando, al igual que los propietarios del pueblo.

Propiedad de las cajas

En 1975 pasó a manos de la Confederación de Cajas de Ahorro y se evidenció su decadencia. También fueron años de batalla con los vecinos, que se oponían a que se destinara a actividades nocturnas, recuerda Margarita García. En 1980 lo adquirió Sa Nostra por 450 millones de pesetas. El Pueblo Español había dejado de ser el gran atractivo turístico que en un principio fue. Se intentó reflotar y apostar por la oferta gastronómica, acogió la escuela de teatro de Xesc Forteza y a artistas plásticos y artesanos.

En 1989, Jaume Darder se hizo cargo de la dirección del complejo, donde trabajó durante más de veinte años. En una entrevista concedida a este diario en 2006, declaraba que, de haber tenido carta blanca, hubiera adquirido los terrenos del colegio Sagrat Cor para construir un hotel, que se hubiera unido al Pueblo Español con un puente de paso. "Hubiésemos conseguido un auténtico palacio de congresos, dotado de infraestructura y atractivo propio", comentaba Darder.

La época de Kühn y proyectos

En 2003, Domus adquirió a Sa Nostra la infraestructura -que ahora se denomina Nuevo Pueblo Español- y también resurgió la polémica. Los artesanos perdieron el derecho a trabajar en el recinto y Matthias Kühn se propuso crear un Puerto Portals en pleno centro de Palma, con locales de ocio nocturno,un spa e, incluso, un hotel de cinco estrellas con 30 o 40 suites.

De nuevo, la población del barrio se opuso a estos planes. "Los vecinos están en contra del ruido, sobre todo los nuevos residentes más que los de toda la vida, que lo sentimos un poco nuestro", especifica García Coll.

En reuniones mantenidas con Norma Duval, la directora les manifestó su intención de organizar actividades relacionadas con el lujo, pero que no molestasen a los vecinos.

De momento, el posible cambio de usos del Pueblo Español espera sobre la mesa de algún despacho de Cort a que se apruebe el PGOU y se vea su viabilidad.

Mientras, la web del Pueblo Español anuncia la posibilidad de alquilar los múltiples espacios que lo componen, de organizar eventos y de realizar una ruta turística por su interior. Pagando seis euros por entrada, se puede ver el Cristo de los Faroles de Córdoba, los baños árabes y el patio de los Arrayanes de La Alhambra o el palacio de Munariz de Toledo, por citar tan solo alguno de los 72 monumentos que se construyeron en el complejo.

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