El convenio de colaboración firmado ayer entre el conseller de Medio Ambiente, Vicenç Vidal, y la presidenta de Emaya, Neus Truyol, por un importe de 35 millones a invertir hasta 2018 permitirá ejecutar un nuevo colector de agua residual que posibilitará la reducción en un 80% los vertidos de agua residual mezclada con la pluvial en la bahía de Palma cuando llueva.

Esta cantidad se invierte por la Conselleria a cuenta de los 80 millones pendientes del canon de saneamiento debido a la falta de actuaciones realizadas en Palma los últimos años en materia de depuración y tratamiento del agua residual por parte del Govern balear.

El convenio incluye un gasto de 2,2 millones para la financiación de proyectos aprobados el año pasado ya ejecutados o en fase de ejecución. Para este año se invertirán 18,2 millones en la construcción del nuevo colector de agua pluvial y residual, que transcurrirá por el subsuelo de la calle General Ricardo Ortega, entre otras, hasta la depuradora del Coll den Rabassa.

Esta nueva canalización permitirá que el agua residual y pluvial no llegue a las estaciones de impulsión de la primera línea, que habitualmente se desbordan y vierten líquido al mar cuando llueve, por lo que se prevé que en estas circunstancias se elimine el 80% de la contaminación que se vierte en aguas de la bahía. La nueva canalización tendrá un diámetro de dos metros y 3,2 kilómetros de longitud.

Transcurrirá a una profundidad de 8 metros de la superficie y, su ejecución, según explicó Truyol, se realizará bajo tierra, por lo que las calles por las que discurra apenas se verán afectadas por las obras. La nueva infraestructura, cuya ejecución durará dos años, se complementará con la construcción de un depósito de retención y laminación con una capacidad para 35.000 metros cúbicos, que se construirá junto a la depuradora del Coll den Rabassa, lo que permitirá ir tratando el agua residual progresivamente. Para 2018 se prevé una inversión de 7 millones para la ejecución del proyecto de la nueva estación de impulsión de La Ribera, de Can Pastilla, y la renovación de la conducción a la depuradora.