La defensora de la ciudadanía, Anna Moilanen, conoció ayer de primera mano la degradación que sufre la zona de Corea, en la barriada de Camp Redó, ya que recorrió con un grupo de vecinos las calles, pasajes y solares en los que la suciedad y el abandono de trastos y vehículos son la tónica dominante, tanto en los espacios públicos como privados, según denunciaron los participantes en la visita, realizada a petición de la defensora municipal.

Moilanen tuvo conocimiento además de los problemas que está provocando la reforma de pisos que desde principios de año ha iniciado el área de Urbanismo y Modelo de Ciudad, debido a que las ventanas han sido destapiadas y en las viviendas situadas en las primeras plantas se están colando adolescentes para fumar, beber y divertirse, tal como explicaron. Asimismo, por las ventanas sin protección entra el agua de lluvia, un hecho muy frecuente durante los últimos dos meses y que ha provocado numerosos trastornos a las personas mayores que viven en dichos bloques.

La defensora de la ciudadanía también fue informada de la gran vulnerabilidad de la instalación eléctrica de los edificios, a causa de su antigüedad, así como del alumbrado público y de muchos árboles, porque están podridos, según un portavoz vecinal.

Por último, los residentes que asistieron al encuentro criticaron que la explanada pública y varios pasajes aledaños, que también son públicos, están degradados y se han convertido en un vertedero en el que no hay ningún tipo de mantenimiento municipal.

Anna Moilanen les transmitió su preocupación y aseguró que trasladará todas estas quejas tanto a la concejalía de Urbanismo y Modelo de Ciudad como al resto de departamentos responsables de la situación.