Las últimas experiencias por lo que se refiere a la peatonalización de calles o ejes cívicos, con la proliferación exagerada de bares y restaurantes sin ningún tipo de control en cuanto a su número en las calles Fàbrica y Blanquerna, han provocado entre la ciudadanía el efecto contrario al que inicialmente se perseguía. Los vecinos de las calles susceptibles de futuras peatonalizaciones o de intervenciones urbanas para ganar más espacio para los ciudadanos, son reticentes a la hora de aceptar la, en principio, mejora puesto que, al menos hasta el momento ha sido así, estas zonas se han convertido en una constante fuente de conflictos entre los establecimientos y los vecinos por los ruidos y las molestias que genera la saturación de locales y, en consecuencia, de gente en las calles.
Próxima actuación en Velázquez
Lo anterior ha ocurrido, por ejemplo, en la calle Velázquez, en la que tanto Afedeco como Pimeco están de acuerdo desde hace tiempo con la peatonalización de la vía. Una medida adoptada de forma provisional, con la reticencia de muchos vecinos que temen que si esta vía se convierte en peatonal, automáticamente se producirá una paulatina sustitución de los pequeños comercios actuales por bares y restaurantes abiertos preferentemente en horario nocturno. Si a lo anterior añadimos la laxitud existente hasta el momento a la hora de conceder ocupaciones de la vía pública con mesas y sillas con la excusa de favorecer la actividad económica, tenemos el cóctel perfecto para generar una nueva zona de conflicto.
La limitación no es de aplicación en polígonos
La limitación aprobada ayer solo es de aplicación en las calles peatonales y ejes cívicos situadas en zonas residenciales de viviendas plurifamiliares. No se ha considerado necesario aplicar estas medidas en los polígonos industriales ni en las zonas residenciales de viviendas unifamiliares. Se considera que el centro de la ciudad ya dispone de suficiente normativa que permite la regulación del exceso de establecimientos.
Contra viento y marea
Los operarios de la empresa que ha colocado la ornamentación navideña y que ahora se dedican a desmontar las luces trabajan contra viento y marea, incluso con el viento huracanado que sopló el pasado lunes como se ve observa en la fotografía superior.
