El exconcejal y antiguo diputado del PP Carlos Veramendi también está a las puertas de ser juzgado por utilizar su influencia política para perseguir y perjudicar a los locales de ocio próximos a sus domicilio. El juez Penalva entiende que el expolítico habría cometido los delitos de coacciones y tráfico de influencias.

La causa que se inició contra Veramendi, encuadrada en la trama policial, será también juzgada como un caso aparte. Los denunciantes son varios propietarios de locales de ocio situados cerca de la calle Industria, en Palma. Estos negocios venían sufriendo inspecciones continuas por la Patrulla Verde de la Policía Local, que actuaba a petición de Veramendi, a quien le molestaba el ruido de estos locales.

En el auto por el que se da por concluida la investigación, el juez detalla el número de inspecciones que sufrieron estos locales, a pesar de que cada vez la Policía Local de Palma comprobaba que el nivel de ruido estaba dentro de los límites autorizados y los negocios contaban con los permisos y documentos correspondientes. Veramendi, en su defensa, señaló que no actuaba a título personal, sino en representación del colectivo de vecinos, que denunciaba el alto nivel de ruido y molestías que generaban estos negocios.

Otro de las pruebas que detalla el juez para justificar llevar al banquillo al expolítico es la declaración de un policía, que señaló que fue obligado a realizar un plantón en la zona durante varios días. Debía vigilar la actividad de estos locales, pero no observó nada ilegal. Sus jefes le indicaron que se sentían presionados por las insistentes quejas del entonces concejal Veramendi.