El subsuelo de Palma es rico en refugios antiaéreos. Esta semana se ha encontrado otro entre las calles Heredero y Barrera donde durante años se alojó una guardería.

Mallorca quedó en manos de los nacionales al inicio de la Guerra Civil, por ello fue utilizada como base para bombardear todo el Levante republicano, de ahí que el subsuelo de la ciudad está repleto de estos sótanos que sirvieron de escudo protector de una población vulnerable que no contaba con el cobijo que otorgaban, por ejemplo, lugares como el metro. No es extraño que en muchas obras, los obreros se topen con estas cuevas.

La construcción de un chalet y dos adosados, en un proyecto firmado por el arquitecto Joan Amengual, de la promotora Domum Investments, y que incluye dos piscinas en su patio, ha puesto al descubierto un refugio que excavó Emilio Tortosa y que protegió a su familia y a la del farmacéutico Aguiló.

El viernes pasado se corroboró que aquel pasadizo encontrado por el operario de la obra es un refugio antiaéreo construido en la Guerra Civil. Al no ser público sino privado no está inventariado. Ni el Consell ni Cort tenían noticias del hallazgo, que no frenará las obras.

Esperanza López es nieta de quien construyó aquel túnel que protegería a su madre, sus dos tías, y a sus abuelos, además de a la familia del farmacéutico. Su padre fue represaliado y estuvo cuatro años preso entre Bellver y Can Mir, entre otros escenarios de la represión franquista. "Recuerdo perfectamente la trampilla de madera. Nunca bajé al refugio aunque siempre supimos de su existencia y lo qué significó", cuenta.

Solo en el primer mes de la contienda, Palma fue bombardeada por aviones republicanos en 23 ocasiones, tal y como indica el historiador Josep M. Massot i Muntaner en su libro Els bombardeigs de Mallorca devant la Guerra Civil.

En 1937, se construyeron bastante refugios públicos a instancias del mando militar. A muchos de ellos se les identificaba con una marca, un círculo con un punto en su interior. La mayoría de ellos han quedado borrados.