A María Sebastián Sebastián le ha sonreído el linaje ya que le han concedido la beca de investigación a su proyecto sobre el Paseo Marítimo. Génesis, desarrollo y futuro, entregado en los recientes premios Ciutat de Palma con motivo de las fiestas del patrón, Sant Sebastià. La arquitecta mallorquina se inclina más por la profesión desde el lado teórico que del constructivo. Imparte clases en la Universitat de les Illes Balears. A su juicio, "en el Paseo Marítimo prima la cuestión circulatoria frente al uso peatonal". Pide a los políticos de turno que "trabajen con perspectiva histórica y a largo plazo".
-Creía que ya lo sabíamos todo sobre el Paseo Marítimo. ¿Qué le atrajo de este tema?
-Desde un punto de vista histórico no está tan estudiado. Cuando hice el máster de Patrimonio me llamó la atención ver una fotografía de principios del siglo XX, me inquietó ver esa imagen, y en 2012 decidí hacer un trabajo sobre el Marítimo. Es un enclave fantástico para desarrollar arquitectura contemporánea.
-El Marítimo se hizo por el ingeniero Gabriel Roca como una vía de enlace entre el Dique del Oeste y la ciudad. Lo llamaron paseo. ¿Lo es? ¿Qué virtudes y qué errores le atribuye?
-Hay que verlo con perspectiva histórica, y Roca acertó al buscar una línea rápida de comunicación, de acceso. Quiero pensar que fue una decisión correcta, solo que hoy tener un frente marítimo con tantos carriles no tiene sentido. Considero que hay un exceso de tráfico. No debería primar la cuestión circulatoria.
-¿Lo peatonalizaría?
-No sería tan drástica. Creo que pueden convivir coches con el uso peatonal. Quizá permitiría más transporte público.
-¿Por qué se le sigue llamando Marítimo si en el paseo apenas se ve el mar?
-Es cierto, hay tantos barcos amarrados que se pierde la línea del horizonte.
-Palma se la va a jugar en su Fachada Marítima. ¿Qué le recomendaría a los políticos? Por pedir, que no quede.
-Deberían tomar decisiones a largo plazo, sin precipitarse, y les vendría bien conocer la historia y no pensar en su legislatura. La Fachada Marítima debe ser un espacio primordial para el peatón, cierto es que eso también acaba produciendo proliferación de terrazas que, como se ha visto en Fàbrica, acaban impidiendo el paso de peatones... No sé, yo retomaría una convivencia entre peatón, tranvía, que es energía limpia, y autobús público.
-¿La mejor arquitectura del siglo XX de la ciudad está en su franja marítima?
-Cuando se construyó el Marítimo el turismo estaba agotado por la postguerra, primó más el interés como puerto de mercancías. Después, en los sesenta se abrió al turismo y fue la mejor postal de Palma con su arquitectura histórica como la Catedral, la Lonja, Almudaina. Después, y pese al franquismo, se hizo muy buena arquitectura como el edificio de Lamela, por ejemplo, o el Tropic. Trabajaron con la dificultad de las distintas cotas, tuvieron que lidiar con problemas técnicos, derivados de trabajar en el nivel del mar en su fachada marítima, y en cotas más elevadas en las fachadas que dan a Marquès de la Sènia. Era un momento de gran saber arquitectónico, con muy buenos operarios. Fueron modernos, osados. La arquitectura del siglo XX es valiente.
-¿Y el de Gesa? ¿Lo salva?
-Es la obra de Ferragut más excepcional, y creo que es el edificio más destacado de Palma del siglo XX. Se debería rehabilitar. ¡No entiendo a qué esperan! Esa es una de las primeras imágenes que le llega al turista de la ciudad. ¡Vaya imagen estamos dando!
-¿Qué uso le daría?
-Al ser un edificio de planta libre, es muy permeable a diversos usos, claro que debería haber una inversión grande en acondicionarlo técnicamente al siglo XXI, hacerlo más sostenible. Lo veo más como un edificio de oficinas públicas que como hotel porque sería más difícil su climatización, pero cualquier servicio sería bueno.
-Hemos sobrevivido al Palacio de Congresos tanto tiempo paralizado... ¿Qué opina del edificio de Mangado?
-Creo que está un pelín fuera de escala. A ver si se cumple el programa de Mangado en el que propuso que su edificio sirviera de conexión con el barrio. Si lo consiguiera estaría bien ya que lo bonito de su proyecto es explotarlo no como un muro sino como un filtro.
-En el otro extremo, el Molinar. ¿A favor o en contra de ampliar el puerto?
-Yo, en estos momentos, y sin haberlo estudiado antes al detalle, creo que deberían conservarlo tal como está. Es un caso muy interesante de una bahía dentro de otra bahía.
-Volvamos al Marítimo. Sobre él hay un proyecto de construir un dique para albergar más cruceros. ¿Qué opina?
-No iría a más. El tema de los cruceros es un problema a nivel de toda la ciudad, con esa masa flotante colapsando los servicios. Si se hace otro dique, la bipolaridad se notará más. Como residente, me agobia el turismo de cruceros.
