La extensa playa de unos cinco kilómetros de longitud que se encuentra al fondo de la bahía de Palma, comprendida entre Can Pastilla y Bellavista, este último ya en el término municipal de Llucmajor, ha recibido varios nombres a lo largo de la historia. Una de las primeras referencias documentales se encuentra en la crónica de la razzia pisano-catalana de 1115, el Liber Maiolichinus de gestis Pisanorum: "Había un bosque de pinos en una amplia extensión de arena distante de las murallas de Bálea [es decir, Palma] unas seis millas, en la parte en la que Titán remonta el éter con su carro. Con sus aguas, una laguna y el mar le dotan de un doble flanco. El orto y el ocaso permiten a quien se dirige a estos campos boscosos acceso seco. El lugar recibe el nombre de Rámora o bien Forenna (muchos también le llamaron Catinos)". Muchos siglos después, en el plano de Mallorca realizado en el siglo XVIII por Josep Muntaner, aparece el topónimo, en letras grandes, más conocido: "Arenal". Bartomeu Font Obrador documentó el topónimo "s´Arenal de Son Sunyer" en un acuerdo de 1857 del ayuntamiento de Llucmajor. Unos años más tarde, el archiduque Luis Salvador en su obra Las Baleares denomina el lugar como "Arenal del sur", en contraposición con el "Arenal del norte", es decir, la playa de Alcúdia y Muro.

De todas formas, la denominación popular de esta playa ha sido, y es, "s´Arenal". Sin embargo, tal y como apunta Manuel Cabellos en su reciente y exhaustivo trabajo La Platja de Palma. Evolució històrica i planejament urbà, en 1966 la vicesecretaría de Turismo aprobó la resolución en la que se determinaba el nombre de Playa de Palma para todo el conjunto del Arenal. La idea la tuvo el periodista ´Gafim´ (Gabriel Fuster Mayans) y la intención no era otra que la propagandística: "La justificació era la de promoció als mercats turístics internacionals mitjançant una denominació única del conjunt dels diversos nuclis de Can Pastilla, Sometimes, les Meravelles, s´Arenal i la platja que els uneix". A los incipientes hoteleros de la zona (aparecen los nombres de Joan Riu Casamitjana y Antoni Pomar Gual) les gustó la idea, y a través de la Asociación Sindical de la Playa de Palma hicieron la solicitud a la Administración central. La idea, como se pudo comprobar rápidamente, fue un éxito publicitario.

Desde siempre, el Arenal fue un lugar inhóspito que sólo frecuentaban pescadores; trencadors de marès, es decir los trabajadores de las canteras de piedra arenosa o de marés; pastores que durante el invierno buscaban pastos; los cazadores; y los payeses que con sus carros iban a buscar alga para usar como abono en sus sembrados. Precisamente el primer núcleo urbano que hubo en el Arenal surgió gracias a la existencia del camino de s´Alga, en la parte meridional de la playa, perteneciente al municipio de Llucmajor. Según cuenta Manuel Cabellos, los primeros veraneantes fueron los payeses que trabajaban en un caserío cercano a la playa: "El llogaret des Pouet d´en Vaquer". Éstos, tras la recogida del alga y de la siega, se acercaban a la playa para lavar a las mulas y aprovechaban para pasar unos días en la costa, concretamente desde finales de junio hasta principios de agosto. Parece ser que la mejora que se hizo en el camino de s´Alga (1864) fue determinante para iniciar la urbanización de la playa. La primera licencia para construir una casa en la playa data de 1872. Se otorgó al residente de Llucmajor Nicolau Taberner Salvá en un solar delante del camino del s´Alga. Al año siguiente, en el contexto de la Primera República, se aprobó la construcción de doce viviendas. Ese grupo de casas, acabadas de construir hacia 1890, es considerada la primera manzana del Arenal, la cual fue conocida popularmente como s´illeta dels republicans o las cases dels republicans.

La parte correspondiente al término municipal de Palma, cuyo límite es el torrente dels Jueus, continuó intacta. Hubo que esperar a 1905 para encontrar documentada la primera construcción en la parte palmesana y no es otra que Can Pastilla. Este topónimo hace referencia a una pequeña taberna que abrió un trencador de marès. Por lo visto, el propietario se dedicaba a vender de estraperlo pastillas de tabaco, lo que provocó que le pusieran el mote d´en Pastilla. Manuel Cabellos recuerda que "urbanitzadors i gent d´ordre van intentar, a posteriori, canviar el nom del nucli que s´anava a crear pel de Sant Antoni de la Platja, sense aconseguir-ho. L´arrelament era massa fort". Efectivamente, Can Pastilla se ha convertido en uno de los topónimos más conocidos de la playa. Con esta sencilla construcción se inauguró un período urbanizador que convirtió s´Arenal en uno de los mejores lugares para veranear. Esa época finalizó hacia 1947, momento en que estalló el boom turístico. Pero esa ya es otra historia.