Día de Sant Sebastià. Dedicado al santo que, según la tradición, libró a los palmesanos de la peste. Es la jornada de actividades populares -con resaca de la revetla y la Diada ciclista- y también la de la cultura -con los Premis Ciutat de Palma-. También suele ser la ocasión escogida por los dirigentes municipales para homenajear a algunos de los hijos más destacados de la ciudad.
Curiosamente, este 20 de enero se cumplen dos aniversarios redondos de reconocimiento a sendos personajes ilustres. El primero es Jaume I, hoy hace 90 años que fue inaugurada la escultura de la plaza de España. El segundo es el Capità Barceló, hoy hace medio siglo que se destapó la placa que recuerda que su casa estuvo en la calle del Vi.
La escultura del conquistador necesitó un largo proceso de ejecución. De hecho, en 1912 -¡quince años antes de la culminación del proyecto!- el encargado de ejecutar la obra era Ignasi Farran. La falta de acuerdo entre artista y autoridades derivó en que se retirara el encargo a Farran y se trasladara a Enric Clarasó. El artista catalán ya tenía modelada en 1915 la estatua del almogávar que se encuentra a los pies del monumento. Sin embargo, se necesitaron otros doce años para que se rematara la obra. ¡Gestión municipal de ayer y hoy en estado puro!
El Capità Barceló (1716-1797) fue terror de los piratas berberiscos, perseguidor de amantes fugados y asediador de británicos en Gibraltar. El 20 de enero de 1967, cuando se cumplían 250 años de su nacimiento, el Ayuntamiento destapó una placa en la calle del Vi en la que loaba las virtudes de Antoni Barceló i Pont de la Terra: "Teniente general de la Marina española, que en las singladuras de sus naves invictas debeló la piratería mediterránea y fraguó en la azulada infinidad de los mares un poema heroico a la España inmortal". Lenguaje ampuloso para alabar a un marino que sería la figura central de una docena de películas si hubiera nacido americano.
Jaume I y el Capità Barceló, dos protagonistas de la historia de Palma homenajeados un 20 de enero.
