El Café Lírico cierra. Lo hará a finales de año porque el alquiler del local subirá excesivamente para la familia Ferrer Mas, que lo regenta desde antes de la Guerra Civil. Lleva abierto desde 1894 y es uno de los establecimientos más antiguos y emblemáticos de Palma, pero debe decir adiós a su clientela y a una ciudad cuyos negocios han cambiado por completo durante estos últimos años. "Vivimos otros tiempos y el tren que está en marcha no se puede frenar", afirma Salvador Ferrer. Se refiere a la llegada de grandes firmas comerciales y franquicias en las céntricas calles de Ciutat, como el paseo del Born o la avenida Antoni Maura, donde se encuentra el café que hasta el franquismo se llamaba Ca s'Andritxol.

El contrato de arrendamiento vence en diciembre y, "como es normal, la propietaria también quiere beneficiarse del impulso que ha experimentado la zona. Pide una renta de acuerdo a lo que se paga actualmente en el centro y no podemos asumirla, porque solo está al alcance de grandes empresas", explica Ferrer. Hace tres años, cuando el Born ya se había convertido en la milla de oro de Palma, su primo Antoni Mas se preguntaba: "¿cuántos cafés y a qué precios tienes que vender para pagar alquileres de hasta 15.000 euros?"

Dan la respuesta en forma de despedida. "La vida pasa y hay que seguir adelante", como dice animado quien está tras la barra del conocido café. No expresa nostalgia -"eso lo tengo para otras cosas"-, aunque sí cierto respeto ante "un futuro incierto. No sabemos qué haremos, no lo hemos pensado", señala sobre su porvenir y el de su hermano, Jaume Ferrer, que perdieron a su padre hace dos semanas.

Frente al teatro

El felanitxer Sebastià Ferrer Mas -que tenía 84 años cuando se le paró el corazón el pasado día 2- estaba casado con la andritxola Margarita Bauzá y tomó el relevo del Lírico de su padre, Salvador Ferrer Artigues. "Para pagar el traspaso, tuvo que vender hasta tres casas", cuenta el nieto. "En aquella época, esta zona ya era muy cotizada, porque enfrente estaba el teatro Lírico y mucha gente y artistas frecuentaban el local tras las funciones". Ferrer enumera personajes como Lola Flores y Manolo Caracol.

El entonces Ca s'Andritxol, ya que fue fundado por un oriundo del municipio de Ponent, cambió de manos varias veces hasta que desde 1932 está regentado por la misma familia. "Yo comencé a trabajar a los 16 años, a finales de la década de los 70, y sigue casi igual que antes, excepto por una pequeña remodelación que se hizo en el 2002", indica. El teatro no existía, ya que fue demolido en 1967 para construir s'Hort del Rei y rehabilitar el palacio de la Almudaina, aunque numerosos artistas, entre ellos Rosy de Palma y Miquel Barceló, continuaron frecuentando el Café Lírico.

"La principal diferencia es que los clientes eran residentes y, en cambio, ahora hay mucha más gente de paso, sobre todo turistas de cruceros, aunque en invierno la afluencia baja enormemente", detalla. Salvador Ferrer recuerda las numerosas tertulias que se montaban por las tardes en el café en los años 80, una costumbre que se ha perdido y que también era habitual en desaparecidos como el bar Formentor, el Miami y la Granja Reus. Todos estaban en el Born o alrededores y todos han sucumbido ante las grandes marcas comerciales.