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Trama corrupta

Investigan si el PP situó a un policía afín en el grupo de información

El agente sindicalista Jaume Garau no realizó ningún trabajo durante el año que estuvo en esta unidad

Jaume Garau, con su abogado, tras declarar en el juzgado. DIARIO DE MALLORCA

El juez Penalva y el fiscal Subirán están investigando si el PP, en concreto a través de la figura de José María Rodríguez, "colocó" a un policía afín para que controlara las investigaciones y, sobre todo, los resultados que obtenía el grupo ASIP, es decir, la llamada unidad de información. Este grupo, dirigido por el entonces comisario Estarellas, fue el que se encargó de espiar a la coordinadora de alcaldía de Mateo Isern y después camuflar el acta sobre la intervención de droga que se le realizó a un hijo menor de esta alto cargo de Cort.

El policía que entró en esta unidad especial, que se creó bajo el mandato de Antonio Vera, fue el agente sindicalista Jaume Garau. Este policía, que no tiene ningún tipo de formación que justificara su integración en esta unidad especial, ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en la UII. Compartía su trabajo profesional con sus labores sindicales. Garau dejó la unidad de intervención y logró un destino en el grupo de información. Varios de sus compañeros han detallado al juez que todavía no saben muy bien cúal fue su trabajo durante los meses que estuvo en la unidad. De hecho, su presencia no agradaba a la mayoría de agentes, como detallaron varios de ellos, sobre todo por su talante. Incluso se intentó evitar que entrara en el grupo, pero finalmente no se consiguió.

Los integrantes del grupo, según detallaron a los investigadores, no observaban en Garau ninguna "aptitud, ni actitud" para estar en esta unidad. La mayoría coincide en que "no hizo nada" en la unidad durante el año que estuvo en este destino, por lo que los investigadores sospechan que en realidad su misión era controlar el trabajo que se hacía para transmitir después esta información a los políticos con los que mantenía una fluida relación. De hecho, Garau presumía en público de su amistad con Rodríguez y otros políticos del PP. En un año apenas se le vio por la oficina y nunca comentaba el trabajo que hacía. Dedicaba, según los testigos, la mayor parte de su jornada a las cuestiones sindicales y mantenía reuniones constantes con el concejal o el director de área, es decir, "labores políticas y no policiales".

Garau dispuso de varias fotografías de la manifestación que se convocó contra el TIL e introdujo algunas de ellas en su ordenador de trabajo. Eran fotos de la presencia de los dos policías escoltas del alcalde Isern, que habían asistido a la manifestación a título personal. Garau calificó en más de una ocasión a estos dos compañeros de "rojos" y no entendía cómo podían seguir trabajando en este destino tan próximo a un alcalde del PP. De hecho, según se ha constatado, intentó en más de una ocasión que les cambiaran de destino, pero el propio alcalde se negó a ello. Los dos escoltas llegaron a comentarle a Isern su queja de que el sindicalista Garau estuvo distribuyendo por el acuartelamiento de Sant Ferran las fotografías sobre su presencia en la manifestación y temían el mal uso que se podría dar de estas imágenes. Finalmente, Garau fue trasladado a otra unidad.

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