La reciente construcción de un bordillo doble relleno de gravilla entre la rotonda de Can Blau y el carril procedente de la calle Manacor que conduce al puerto y el aeropuerto impide que los conductores que circulan por el extremo derecho se cuelen en la rotonda, como ocurría antes, con el peligro que suponía. Lo hacían para adelantar a los vehículos que esperaban en la cola de acceso a la rotonda que enlaza con la vía de cintura.